El Papa Francisco entró en un túnel / M. Politi
El Papa Francisco ha entrado en un túnel, pero el pueblo creyente no quiere creerlo. Es como si se negara a aceptar que su condición es verdaderamente crítica y que un día el Buen Samaritano-Pontífice ya no podría estar presente debido a una infección pulmonar o una renuncia repentina.
Sábado 22 de febrero. Es el día más dramático desde que el Papa fue trasladado al Policlínico Gemelli . El boletín de la sala de prensa del Vaticano explica que las condiciones de Francisco continúan siendo críticas y que esa mañana el pontífice presentó una grave crisis respiratoria, que se prolongó en el tiempo, requiriendo un gran flujo de oxígeno. Además, una preocupante falta de plaquetas en la sangre obliga al equipo médico a proceder a realizar transfusiones.
Es un día de extrema tensión. En la edición internacional online del periódico británico The Guardian, la historia es la más visitada de la historia. A las 23.00 horas, bajo las vidrieras de Bergoglio, no se ve ni un alma viva. Sólo un creyente se sienta frente a la estatua de Juan Pablo II, mirando hacia el décimo piso donde quizás descansa Francisco. Vino con un grupo de sus feligreses desde el sur de Roma, pero se fueron. Ahora está solo. El único que vela por el Papa de 88, rezando o simplemente meditando. Es un hombre de unos cuarenta años, que confiesa que esperaba que hubiera más gente.
En tiempos de Juan Pablo II, dice, había seguido todo a través de las pantallas de televisión y sólo en el momento de la muerte había corrió a la Plaza de San Pedro. ‘Hoy, como vivo por aquí y la situación del Papa Francisco no es muy buena, sentí la necesidad de estar aquí al menos para hacer una oración’. A las 23.30 horas vienen también dos jovenes. Uno toma fotografías, mientras el otro va a sentarse al lado del creyente solitario. Todos reflexionan en silencio .
Incluso durante el día, los grupos de fieles que acuden a manifestar su cercanía a Francisco -refieren los periódicos- se cuentan por decenas.
¿Dónde están los homosexuales que fueron acogidos por primera vez por él en la Iglesia como ciudadanos de pleno derecho? ¿Dónde están las mujeres que (pese a los muchos zigzags de la línea bergogliana) obtuvieron por primera vez en 1700 años el derecho a voto en un sínodo de obispos y fueron designadas por el Papa para ocupar los primeros puestos de la Curia? ¿Dónde están los pobres, los migrantes, los marginados a quienes dedicó su pontificado? ¿Dónde están las parejas de hombres y mujeres creyentes, divorciados y vueltos a casar, que finalmente pudieron acercarse al altar para tomar la comunión que les negaron Wojtyla y Ratzinger?
Tal vez se trate de amnesia en un tejido social, dispuesto a expresar consentimiento con un me gusta en lugar de mover las piernas. O tal vez sea señal de una gran eliminación temporal. No quieres creer esa fría palabra: ‘Pronóstico confidencial‘ . Lo cual deja abiertas todas las salidas del túnel. Mientras tanto, florecen mentiras venenosas: “Lleva una semana muerto y no lo quieren decir”. Y circulan por internet imágenes falsas: Bergoglio vestido con su túnica blanca , con un solideo en la cabeza, desplomado en un sillón y con el rostro cubierto por una máscara de oxígeno.
En los medios de comunicación abundan las especulaciones sobre reuniones y camarillas previas al Cónclave . Es precisamente en estos momentos que los electores mantienen la compostura y la forma. Desde hace al menos tres años se viene discutiendo cuáles podrían ser las perspectivas después del pontificado argentino. Son reflexiones que no provienen sólo de los ultraconservadores sino que ocupan –de manera muy secular– las mentes de personalidades moderadas con orientación reformista. La fijación del rumbo de una comunidad que incluye mil millones de personas no puede dejarse en manos de la improvisación. En los últimos años, el Parlamento italiano no logró elegir un nuevo presidente en dos ocasiones. En el Vaticano están mejor equipados.
Por supuesto, están los que odian, los extremistas y fanáticos. Pero ese no es el sentimiento general. Ahora, en varias partes del universo católico, la gente está conteniendo la respiración. El cardenal Müller, ciertamente opositor a la línea teológica de Bergoglio, subraya que ahora es el momento de ‘rezar por el Papa’ y, refiriéndose a las presiones para que renuncie, afirma: ‘Creo que no debería hacerlo’. Porque la Iglesia no debe abandonarse a un sistema de funcionalismo como cualquier otro aparato.
El lunes 27 por la tarde se inició en la Plaza de San Pedro el solemne rezo del Rosario por la ‘salud del Santo Padre’. Las oraciones fueron iniciadas por el Secretario de Estado, el cardenal Parolin. Estaban con él veintisiete cardenales de diversos países. Unos cientos de fieles se reunieron bajo la lluvia. Quizás depende también del hecho de que el pontífice se encuentra en el Hospital y no en su tradicional apartamento, cuya ventana iluminada es como un faro en los días fatídicos. Los símbolos son importantes. Y las señales también.
Al recibir en el Hospital al Secretario de Estado Parolin y al Subsecretario Peña Parra, el Papa Francisco envía el mensaje de que no piensa rendirse. En la sede de la Civiltà Cattolica , la revista de los jesuitas, el sábado 1° por la tarde tendrá lugar un concierto para violín y violonchelo. El título es evocador: ‘Solo i miracoli hanno un senso stanotte in questa trincea‘.
Marco Politi – Roma
