Diciembre 27, 2024

Mujeres en el altar; ‘cambio para que nada cambie’

 Mujeres en el altar; ‘cambio para que nada cambie’

El Papa Francisco modificó el Código de Derecho Canónico y abre el acceso de las mujeres a los ministerios del lectorado (proclamación de lecturas durante las misas) y del acólito (distribución de hostias consagradas). Pero al mismo tiempo reitera: el sacerdocio femenino no existe, sigue prohibido.

Esta es la regulación legal de una práctica que ya está vigente desde hace algún tiempo. En muchas comunidades católicas, de hecho, las mujeres leen las lecturas del ambón durante las misas y, con menos frecuencia, también distribuyen la comunión a los fieles, junto a los sacerdotes. Ahora está la admisión formal de mujeres a estos dos ministerios laicos (llamados “órdenes menores“) que Pablo VI, en 1972, reservaba sólo para los hombres, considerándolos como pasos intermedios hacia la ordenación sacerdotal.

Es una “tradición venerable” pero “no tiene carácter vinculante”, escribe el Papa Francisco al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio), el cardenal Ladaria, en la carta adjunta al motu proprio que permite el acceso de las mujeres a estos ministerios, según lo solicitado por varios Sínodos de Obispos, siendo el último el amazónico. Pero aclara, citando al Papa Wojtyla, que no podrán ir más lejos: la Iglesia “no tiene ningún poder para conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres”.

“En algunas partes del mundo esta disposición puede ser un paso adelante, pero en Italia y en muchos otros países se trata simplemente de regularizar lo que era irregular desde el punto de vista regulatorio”, explica Paola Cavallari, autora de ‘Non sono la costola di nessuno’ (Gabrielli) y miembro de la Coordinación Italiana de Teólogos. “Me parece una jugada Gattopardesca: cambiar algo para que nada cambie. ¿Por qué conformarse con esos bocados? Espero que las mujeres ya no sean sofocadas por lógicas clericales, misóginas y jerárquicas, reducidas a meros ejecutores, sino que expresen actos y palabras dictadas por el Espíritu”.

Luca Kocci  –  ROMA

Editor