En la cercanía del abuso
La vida del hombre puede ser vista como una trama que se entreteje con situaciones que llegan hasta él. Pero desde una fe particular puede ser la existencia que llega hasta uno, desde la simpleza de un pesebre que suele repetirse a lo largo de la historia.
Tal como orar es simplemente el acto de juntar las manos y pensar en el Padre de los cielos, tan simple es nuestra forma de abordar los hechos, para quienes han intentado encontrar la fe, en todos los ámbitos de la vida que se le puedan dar.
La justicia, desde la historia es nuestra capacidad de reconocer a esa iglesia, desde la que en un momento nos volcamos por entero, y que daba muestra de una opción preferencial por el pueblo perseguido. Tal como lo haría la teología de la liberación, que al nacer desde el vientre de la asamblea plenaria de Medellín sale al paso de postergados, y de la que nacería a su vez la teología del pueblo, desde donde el Padre Bergoglio encuentra un enorme campo de participación, en la compañía de su amigo, el Padre Scannone, autor de esta.
Mas, tal como el hombre cambia, cambian sus estructuras, y nuestra iglesia chilena no resulta ser la excepción. Limitarla a la realidad que hoy vivimos, resultaría injusto. Reconocer lo que ella fue, certera, para quienes se jugaron por ella.
Pero, cabe preguntarse cómo está esta querida iglesia, que siendo madre, tiene hijos huérfanos, hijos abandonados, por los fariseos que tanto los han distanciado de su vientre.
Si bien la cultura del abuso, se ha sistematizado por los casos conocidos hasta hoy, esta forma de concretarse se ha repetido y lo seguirá haciendo, porque el abusador desde sus cimientos es poderoso por sobre su víctima, sostiene una posición de élite, tiene resguardos que lo protegen ante su criminalidad, y en pos de que el abusado, nunca se sienta capaz de hablar o no sea creído.
Hoy el abuso pareciera estarse generalizando, y muchos pagaran esta deuda, lo cual es lamentable, pero es una imperiosa necesidad mirar la verdad y mirarla de frente.
El abuso tiene diversas manifestaciones, como ya todos sabemos. De conciencia, de poder y de abuso sexual. Tristemente pareciera siempre desatarse contra aquellos que tiene cerca, lo cual resulta doblemente aberrante. Conociendo desde la cercanía el abuso de poder, este se manifiesta como cascada provocando más tristeza e incertidumbre para con sus víctimas. Por ello, como todos ya saben, este no es reconocido al momento, sino con el tiempo, y el círculo cercano al que lo comete, suele desconocer y dar vuelta la cara al afectado, aun cuando la noche anterior se haya compartido el pan.
Más indolente resulta ser cuando el circulo, de aquel que impone su autoridad por sobre el más débil, posee un circulo que a semejanza de este reviste con invisibilidad al afectado. Para que decir, cuando la víctima posee una familia por la que ha optado educar en la fe….el dolor no es tipificado en libros tal como este se experimenta, y aun cuando todo en la vida de esta familia era su trabajo por y para los hermanos.
Por ello, y aun cuando muchos han sufrido por mucho más de lo que aquí se expone es que creo, que el mayor de los errores, es hablar de lo que experimenta hoy la iglesia desde la vereda de enfrente. Hay que hablar desde la cercanía, hoy el imperativo es hablar desde las víctimas, lugar desde donde el Papa Francisco nos pide estar. Tan cerca como para curar las heridas y curarlas veinte y cuatro siete, con la necesidad de la búsqueda de la reparación profunda, como si está herida lacerara mi propia piel.
Hoy estoy receptiva de cuanto sucede en esta iglesia tan amada y ofrezco todo cuanto pueda hacer, desde la vereda de la ignorancia y desde la cercanía del corazón.
Agradezco profundamente la tribuna que se me permite, pero en ella me responsabilizo por respetar y ser consecuente a aquello que motivó a sus fundadores a crearla. Por ello, pensando en ti querido y recordado Padre Pepe Aldunate, es que me permito estas palabras en este Portal de Noticias.
Creo que nuestro desafío es buscar algún día poder estar con Jesús rezando tal cual lo realiza un niño, con simpleza. Claramente los desafíos de hoy exigen la madurez y firmeza de la gravedad de los hechos experimentados.
Raquel Sepúlveda Silva
Mons. Charles Scicluna y P. Jordi Bertomeu, en encuentro con víctimas de abusos sexuales, de conciencia y de poder en Santiago de Chile (Junio – 2018).