Martirio del P. Rodolfo Lunkenbein y de Simão Bororo
“¡Meruri Rodolfo, Meruri Simão, Meruri, martírio, misión!”…
Esta oración del poema de Mons. Pedro Casaldáliga, Obispo emérito de la Prelatura de São Félix do Araguaia, obispo de los pobres, no podía describir lo que sucedió en la Iglesia del pueblo Bororo de Meruri, Mato Grosso, Brasil, el día 31 de enero de 2018. Monseñor Protogenes José Luft, Obispo de Barra do Garças, inició oficialmente la investigación diocesana sobre la vida, el martirio y la fama de martirio de los Siervos de Dios Rodolfo Lunkenbein, Sacerdote religioso de la Sociedad de San Francisco de Sales, y del indígena Simone Cristiano Koge Kudugodu, llamado Simão Bororo, Laico.
Estuvieron presentes Mons. Bruno Pedron, Obispo salesiano de Ji-Paraná, en representación de los Obispos salesianos de Brasil, el P. Gildásio Mendes dos Santos Inspector de Campo Grande, Sor Antonia Brioschi Inspectora de las Hijas de María Auxiliadora de Mato Grosso, representantes de la Conferencia Episcopal del Brasil, el Consejo Indigenista Misionario (CIMI), una organización vinculada a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), que en el trabajo misionero dio un nuevo significado a la obra de la Iglesia Católica en medio de los pueblos indígenas, la “Fundación Nacional del Indio” (FUNAI), una organización oficial del gobierno brasileño, responsable de la protección de las poblaciones indígenas y sus tierras, numerosos Salesianos, miembros de la Familia Salesiana y, por supuesto, numerosos Bororos.
La Santa Misa se inició frente al monumento erigido en el lugar donde el P. Lunkenbein y el laico Simão dieron sus vidas el 15 de julio de 1976. Luego de la celebración siguió la procesión a la Iglesia, donde el P. Paulo Eduardo Jácomo, SDB, Vice-Postulador leyó el decreto de apertura de la investigación diocesana, firmado por el Obispo de Barra do Garças. Los miembros del Tribunal asumieron el encargo y realizaron el juramento, al igual que los expertos de la Comisión Histórica.
“No habría sido mejor presentar a Don Bosco en su día de fiesta a un hijo misionero y a un destinatario indígena de la misión, un camino de unidad hacia los altares”…Es increíble cómo esta causa ha sacudido los corazones de muchas personas en la provincia de Mato Grosso, en el Brasil salesiano y en la Iglesia. El ejemplo de fe y amor por el Reino de Dios de Don Rodolfo y Simão es realmente un signo y una llamada a la renovación y el ardor misionero. Don Rodolfo y Simão son parte de esa larga línea de misioneros católicos y de indígenas asesinados mientras acompañaban, evangelizaban y luchaban con los indios por sus derechos. La lucha por la defensa de la tierra, de los pueblos que la habitan y de sus inmensas riquezas naturales, culturales y espirituales, ha sido y sigue siendo fecundada por la sangre de los mártires”…dice don Pierluigi Cameroni, Postulador General para las Causas de los Santos de la Familia Salesiana.
Finalmente, se han de valorar los escritos del P. Lunkenbein, quien en sus cartas, homilías y otras intervenciones, mostró su corazón misionero y el poder profético del Evangelio en la promoción de la justicia y la solidaridad. En sus últimos escritos, a menudo aparecen alusiones a la muerte: “Incluso hoy, un misionero debe estar dispuesto a morir para cumplir con su deber. La ayuda que nos daréis muestra que habéis entendido claramente lo que significa ser cristiano hoy en día: sacrificarse por Cristo, a sufrir con Cristo, morir con Cristo y vencer con Cristo para la salvación del mundo, de nuestro prójimo”. (Carta a sus compatriotas del 11.08.1975).
Meruri / Mato Grosso – Brasil
Noticias Salesianas – Roma
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