Diciembre 23, 2024

Las desobedientes y su ‘resistencia’

 Las desobedientes y su ‘resistencia’

En el contexto del cristianismo primitivo, marcado por la autoridad indiscutible de Pablo, el liderazgo femenino cataliza las tensiones internas dentro de las Iglesias y revela los mecanismos para silenciar las voces femeninas que reclaman autonomía y la posibilidad de desempeñar roles de autoridad y enseñanza.

Prisca, Cloe, Febe, Ninfa son nombres de mujeres que aparecen en las cartas de San Pablo. Con toda probabilidad se trataba de mujeres que habían puesto sus bienes a disposición de la Iglesia. Pero, ¿les satisfacía el papel de benefactoras o buscaban un espacio en la Iglesia para expresar más plenamente los dones de los que se consideraban dotados? Enseñar, por ejemplo.

Sus deseos chocaron con los de los hombres que dirigían esas comunidades. Se sentían amenazadas por estas exigencias femeninas que, en su opinión, socavaban el correcto orden civil y eclesiástico. Fueron vistas como una amenaza al orden establecido. Por no acatar sus peticiones, estas mujeres fueron acusadas de altivas, corruptoras de costumbres, inmorales, chismosas, ociosas…

En definitiva, en las comunidades los roles directivos eran prerrogativa de los varones y las mujeres quedaban relegadas a su rol de esposas y madres. Lo que ocurrió en la sociedad civil -el intento de las mujeres de emanciparse- también ocurrió en las comunidades cristianas. Algunas mujeres, especialmente si eran ricas y educadas, sintieron que podían hacer una contribución original tanto a la sociedad como a la Iglesia.

Pero su educación, más que ser considerada un regalo para la comunidad, era vista como un peligro, hasta el punto de que la mulier docta era temida y controlada. Los espacios del honor social de las mujeres siguieron siendo -por siglos- el matrimonio y la maternidad.

Sin embargo, este conflicto demuestra que la ‘resistencia’ femenina también existía dentro de las comunidades cristianas de Asia Menor como un rayo de esperanza hacia el futuro. Y, hoy nos comenta la profesora de Sagrada Escritura en la Universidad Pontificia Camillas; Elisa Estévez “no todas las mujeres, ni todas las comunidades, se han rendido ante las presiones sociales y los estereotipos culturales”.

Bruno Scapin – Roma

www.reflexionyliberacion.cl

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