¿China ayudará a reiniciar el desarrollo de Brasil?
China ha sido el principal socio comercial de Brasil desde 2009, por delante de Estados Unidos. El comercio bilateral en 2021 alcanzó los $ 135 mil millones. El problema es la falta de diversificación y un bajo valor agregado.
China ha sido el principal socio comercial de Brasil desde 2009, por delante de Estados Unidos. El comercio bilateral en 2021 alcanzó los $ 135 mil millones. El problema es la falta de diversificación y un bajo valor agregado, el mineral de hierro, la soja, el crudo y la proteína animal representaron el 87,4% de las exportaciones en 2021. Por otro lado las exportaciones de China a Brasil son en su mayoría productos manufacturados de alta tecnología.
Ver en vivo Sao Paulo y Río de Janeiro deja aturdido al comprobar el brutal impacto de la crisis económica, política, social y ambiental exacerbadas por el proyecto de Jair Bolsonaro.
El regreso de Luiz Inácio Lula da Silva para lo que será su tercer mandato presidencial, a partir del 1 de enero de 2023, es una historia que podríamos compararla con las míticas tareas de Sísifo. Al mismo tiempo tendrá que luchar contra la pobreza, reconectarse con el desarrollo económico (mientras se redistribuye la riqueza), reindustrializar la nación y domesticar el saqueo ambiental.
Esto obligará a su nuevo Gobierno a convocar impensados poderes creativos de persuasión política y financiera.
Incluso un político mediocre y conservador como Geraldo Alckmin, exgobernador del estado más rico de la unión, Sao Paulo, y coordinador de la transición presidencial, estaba asombrado de cómo en cuatro años el proyecto Bolsonaro provocó un agujero negro de pérdidas financieras inexplicables y de datos fundamentales para el funcionamiento del estado.
Es imposible determinar el alcance de la corrupción porque simplemente no hay nada en los libros, los sistemas de registro gubernamentales no se han alimentado desde 2020.
Alckmin lo resumió así: “El gobierno de Bolsonaro nos llevó a la Edad de Piedra, donde no había palabras ni números”. Ahora habrá que crear, o recrear desde cero, cada una de las políticas públicas y los errores serán inevitables debido a la falta de datos.
Y no estamos hablando de una república bananera, a pesar de que el país en cuestión cuenta con muchas (deliciosas) bananas. Por paridad del poder adquisitivo (PPA) – según el Fondo Monetario Internacional – Brasil sigue siendo la octava potencia económica del mundo (incluso después de los años de devastación de Bolsonaro) detrás de China, EE. UU., India, Japón, Alemania, Rusia e Indonesia y por delante del Reino Unido y Francia.
Si no fuera por esta acumulación de desastres, Brasil, un líder natural del Sur Global, ahora podría ubicarse como la quinta potencia geoeconómica más grande del mundo.
Pepe Escobar / Analista internacional