Reflexiones de San Francisco de Asís
Para Francisco de Asís, la fe es saber ver más profundamente;
De hecho en la primera Admonición afirma que como todos vieron la humanidad de Jesús pero solo algunos creyeron o incluso reconocieron su divinidad así todos los días todos ven el pan consagrado puesto en el altar pero no todos reconocen que es el verdadero cuerpo de Jesús en medio de nosotros (FF 141-147).
Esta capacidad de mirada penetrante para el Assiate es un don del Espíritu Santo que interpela la libertad de la persona. Por eso, a pesar de haber cambiado de vida al hacer misericordia con los leprosos, no se detiene en el leprosario sino que se propone exhortar a las personas a vivir según el Evangelio abandonando los vicios (cf. Francisco el misericordioso, Ediciones Tierra Santa, 2018 ).
Esta elección de predicación, aunque sea una exhortación moral, estará llena de consecuencias para él y para la fraternidad minoritaria que se convertirá en la Orden de los Frailes Menores.
Su predicación es un efecto secundario de la elección de vivir según la forma del Evangelio, es decir, de seguir las huellas de Jesús que predicaba con palabras y con obras, de modo que las primeras decían el sentido de las segundas y las obras daban consistencia a las palabras.
Además, es esencial la exhortación del hermano Francisco, hecha con brevedad de palabras, sin perderse en disputas, encaminada a la salvación.
Por eso Francisco de Asís optó por dedicarse a la predicación con obras y palabras, sin pretender que las personas se hicieran mejores cristianos (FF 234), sino que todos pudieran vivir en la paz que el Señor les da.