El Papa opina sobre la ordenación de Diaconisas
Francisco participa de la conferencia de prensa en el avión a su regreso de Macedonia.
Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti
Buenas tardes Santo Padre, gracias por estar aquí después de esta jornada tan intensa para compartir una reflexión sobre este viaje, intenso y bello. Viaje breve, conferencia de prensa inevitablemente breve, no agrego otras palabras sino estas: Santo Padre, usted hoy ha caminado sobre las huellas de la Madre Teresa, un gran testimonio del amor cristiano, y todos estamos afectados, como usted, por la muerte de Jean Vanier, un amigo, hermano de los últimos, otro gran testimonio. Así, antes de las preguntas le quiero preguntar si desea compartir un pensamiento sobre Jean Vanier.
Papa Francisco
Sí, quiero (hablar) de la enfermedad de Jean Vanier. La hermana Genevieve Jeanigros me tenía al tanto. Hace una semana lo he llamado por teléfono. Él me ha escuchado, pero apenas podía hablar. Le quise expresar mi gratitud por este testimonio. Un hombre que ha sabido leer la existencia cristiana, del misterio de la muerte, de la cruz, de la enfermedad, del misterio de aquellos que son despreciados y descartados en el mundo. Ha trabajado no solo para los últimos, sino también para aquellos que antes de nacer tenían la posibilidad de ser condenados a muerte. Ha apagado su vida así. Simplemente gracias a él y gracias a Dios por habernos dado este hombre con un gran testimonio.
Gisotti
Gracias Santo Padre, la primera pregunta por parte de Biljana Zherevska, de la televisión macedonia.
Biljana Zherevska (MRT)
Su Santidad, es un gran placer tenerlo en nuestro país. Nos sentimos honrados con su visita. Lo que nos interesa es oír de usted ¿cuál fue la mayor impresión que tuvo de ambos países, qué es lo que más le ha tocado?
Papa Francisco
Son dos naciones totalmente diferentes. Bulgaria es una nación de una tradición de siglos. Macedonia también tiene una tradición de siglos, pero no como país: como pueblo que ha llegado últimamente a constituirse como nación. ¡Es una bella lucha! Para nosotros los cristianos, Macedonia es un símbolo de la entrada del cristianismo en Occidente. El cristianismo entró en Occidente a través de ustedes. Aquel macedonio que se apareció a Pablo en sueños “pasa a Macedonia y ayúdanos”. Él se iba a Asia. Es un misterio esa llamada, y el pueblo macedonio está orgulloso de esto, no pierde la oportunidad de decir que “el cristianismo entró en Europa a través de nosotros, por nuestra puerta, porque Pablo fue llamado por un macedonio”.
Bulgaria ha debido luchar tanto por su identidad como nación. El solo hecho que en 1823 más o menos murieron 200 mil soldados rusos para reconquistar la independencia de mano de los turcos. Pensemos qué significa 200 mil. Tanta lucha por la independencia, tanta sangre, tanta mística para encontrar la consolidación de la identidad. Macedonia tenía la identidad y ahora ha llegado a consolidarla como pueblo, con pequeños, grandes problemas como el nombre y estas cosas que todos sabemos.
Las dos son comunidades cristianas, ortodoxas y católicas, también musulmanas. El porcentaje ortodoxo es muy fuerte en ambos (países), los musulmanes son menos y los católicos mínimo. Macedonia más grande que Bulgaria. Es una cosa que he visto en ambas naciones es las buenas relaciones entre los diferentes credos, la distinta fe. En Bulgaria lo hemos visto en el rezo por la paz: fue una cosa normal para los búlgaros, porque tienen buenas relaciones. Cada uno tiene el derecho de expresar su propia religión y tiene el derecho de ser respetado. Me ha tocado mucho esto. Además el diálogo con el patriarca Neófito fue de una bellezza. Es un hombre de Dios, me ha edificado mucho porque es un gran hombre de Dios.
Peter Nanev (Televisión búlgara – BTV)
Es una pregunta más personal: Usted como ser humano, ¿de dónde encuentra fuerzas en su cuerpo, en su espíritu en los casos en que usted tiene que dar incluso más fortaleza a niños gravemente enfermos?
Papa Francisco
Antes de todo quisiera decirte que no voy donde la bruja. No sé. No sé, de verdad. Es un don del Señor. Cuando estoy en un país me olvido de todo, pero no porque yo quiera olvidarlo, me viene olvidarlo, y solo estoy ahí. Y después esto me da perseverancia. ¡En los viajes no me canso! ¡Después me canso! ¡Después! Pero de dónde tomo la fuerza, creo que el Señor me la da, no hay explicación. Le pido al Señor ser fiel, servirlo en este trabajo de los viajes, que el viaje no sea un turismo. Lo pido. Todo es gracias a Él. No me viene decir otra cosa. Pero después, no hago tanto trabajo.
Silvije Tomasevic (Vecernij List)
Las Iglesias nacionales ortodoxas no siempre están en concordia entre ellas; por ejemplo, no han reconocido a la Iglesia macedonia. Pero cuando se debe criticar a la Iglesia Católica, son unísonas. Por ejemplo, la Iglesia serbia no quisiera que se canonice al Cardenal Stepinac. ¿Algún comentario sobre esta situación?
Papa Francisco
En general las relaciones son buenas, son buenas y hay buena voluntad. Puedo decirles sinceramente que he encontrado entre los patriarcas hombres de Dios. Neófito un hombre de Dios, y además aquello que puedo agregar, una preferencia, Elías II de Georgia es un hombre de Dios, que a mí me ha hecho tanto bien. Bartolomeo es un hombre de Dios, Kirill es un hombre de Dios. Son grandes patriarcas que dan testimonio.
Todos tenemos defectos. Todos, también yo. Pero en los patriarcas he encontrado hermanos y algunos, no quiero exagerar, pero quisiera decir la palabra “santos”, hombres de Dios. Y esto es muy importante.
Después están las cosas históricas de nuestras Iglesias, algunas viejas, por ejemplo hoy el presidente me hablaba que el cisma de Occidente comenzó en Macedonia. Ahora viene el Papa por primera vez para remendar el cisma, no sé, pero por decir somos hermanos, porque no podemos adorar a la Santísima Trinidad sin las manos unidas de los hermanos. Esta es una convicción no solo mía, también de los patriarcas, todos. Esto es una gran cosa.
Después hay un mundo histórico. ¿Usted es croata? Me parecía haber sentido el olor de Croacia. Un caso histórico es la canonización de Stepinac. Es un hombre virtuoso, por esto la Iglesia lo ha proclamado beato. Se le puede rezar porque es beato, pero en un cierto punto del proceso de canonización hay ciertos puntos no claros, puntos históricos, y yo que debo firmar la canonización, bajo mi responsabilidad he rezado, he reflexionado, he pedido consejo y he visto que debo pedir ayuda a Ireneo, un gran patriarca. Él ha dado la ayuda y hemos hecho la comisión histórica juntos y hemos trabajado juntos, y a Ireneo y a mí, lo único que nos interesa es la verdad. ¿Para qué sirve una declaración de santidad si no es clara la verdad? Sabemos que es un hombre bueno que es beato, pero para dar este paso he buscado la ayuda de Ireneo, para llegar a la verdad y se está estudiando. Primero de todo fue hecha la comisión, ha dado su parecer. Ahora se están estudiando otros puntos, profundizando algunos puntos para que la verdad sea clara. No tengo miedo de la verdad, solo tengo temor del juicio de Dios.
Alessandro Gisotti:
Hay tiempo para una pregunta más, Joshua McElwee del National Catholic Reporter.
Joshua McElwee (National Catholic Reporter)
Muchas gracias, Santo Padre. En Bulgaria usted visitó una comunidad ortodoxa que ha continuado una larga tradición de ordenar a mujeres diaconisas para proclamar el Evangelio. Dentro de pocos días, usted se encontrará con la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), que solicitó hace tres años la comisión para las mujeres diaconisas. ¿Puede decirnos alguna cosa que sepa sobre el informe de la comisión sobre el ministerio de las mujeres en los primeros años de la Iglesia? ¿Usted ha tomado alguna decisión?
Papa Francisco
La comisión se hizo y ha trabajado por casi dos años. Eran todos distintos, todos sapos de distintos pozos. Todos pensaban diferente, pero han trabajado juntos y se han puesto de acuerdo hasta un cierto punto. Pero, cada uno de ellos tiene su propia visión que no concuerda con la de los otros. Y allí se detuvieron como comisión y cada uno está estudiando seguir adelante.
Sobre el diaconado femenino, hay un modo de concebirlo no con la misma visión del diaconado masculino. Por ejemplo, las fórmulas de ordenación diaconal encontradas hasta ahora, según la comisión, no son las mismas para la ordenación del diácono masculino y se parecen más a la que hoy sería la bendición abacial de una abadesa. Este es el resultado de algunos de ellos, yo estoy hablando un poco de oídas, lo que recuerdo. Otros dicen “no, esto es una fórmula diaconal”, pero debaten. No es claro. Había diaconisas al inicio, ¿pero era ordenación sacramental o no? Y eso se discute y no se ve claro.
Sí ayudaban, por ejemplo en la liturgia lo vemos, en los bautismos, que eran de inmersión, cuando se bautizaba una mujer la diaconisa ayudaba. También en la unción en el cuerpo de la mujer. Luego salió un documento en el que se veía que las diaconisas eran llamadas por el obispo cuando había una disputa matrimonial para la nulidad o el divorcio o la separación. Cuando la mujer acusaba al marido de golpearla llamaban a la diaconisa para que esta viera el cuerpo y así testimoniaba en el juicio.
Son las cosas que recuerdo, pero lo fundamental es que no hay certeza de que fuese una ordenación con la misma forma y la misma finalidad de la ordenación masculina. Algunos dicen que hay duda. Sigamos adelante a estudiar. No tengo miedo al estudio, pero hasta este momento no va.
Es curioso que donde hubo diaconisas era casi siempre una zona geográfica, sobre todo en Siria, luego en otra parte no mucho o nada. Todas estas cosas las he recibido de la comisión.
Cada uno sigue estudiando y se ha hecho un buen trabajo porque se ha llegado hasta un cierto punto común que puede servir como aliciente para seguir adelante, estudiar y dar una respuesta definitiva sobre si sí o no, según las características de la época.
Una cosa interesante –ahora nadie lo dice, pero…– algunos teólogos hace pocos años, 30 años antes por ejemplo, decían que no había diaconisas porque las mujeres estaban en segundo plano en la Iglesia. No solo en la Iglesia, siempre las mujeres.
Pero es curioso, en esa época había muchas sacerdotisas paganas. El sacerdocio femenino en el culto pagano estaba a la orden del día. Entonces ¿cómo se entiende que existiendo este sacerdocio femenino pagano con las mujeres no se diese en el cristianismo?
Esto es lo que se está estudiando, pero hemos llegado a un punto y ahora cada uno de los miembros está estudiando según su tesis. Esto es bueno. Varietas delectat.
Alessandro Gisotti
Santo Padre, gracias por su disponibilidad. La conferencia de prensa termina aquí porque el vuelo es breve y dentro de poco se servirá la cena. Gracias a todos por el trabajo grande que han hecho en estos días. Gracias Santo Padre.
Papa Francisco
Pero yo quisiera decir una cosa sobre el viaje. ¿En qué cosas he encontrado más consuelo y me ha tocado profundamente del viaje. Dos experiencias límite. La experiencia con los pobres hoy aquí en Macedonia, en el memorial de Madre Teresa. Había muchos pobres y se veía la dulzura de esas hermanas. Curaban a los pobres sin paternalismo, como si fueran sus hijos. Una dulzura, también la capacidad de acariciar a los pobres, la ternura de estas hermanas.
Hoy nosotros estamos acostumbrados a insultarnos. Un político insulta a otro, un vecino insulta a otro, también en las familias se insultan entre ellos. No me atrevo a decir que hay una cultura del insulto, pero el insulto es un arma a la mano. También hablar a espaldas de los otros, la calumnia, la difamación… y ver estas hermanas que curaban a cada persona como si fuera Jesús.
Me ha tocado una superiora que llegó con un joven valiente y la superiora me ha dicho “este es valiente” y lo ha acariciado así y me ha dicho delante de él: “Rece porque bebe demasiado”, pero con la ternura de una mamá y así me ha hecho sentir a la Iglesia madre. Es una de las cosas más bellas encontrar la maternidad de la Iglesia. Hoy la he sentido allí. Agradezco a los macedonios por tener este tesoro en la ciudad de Skopje.
Y luego otra experiencia, también diré límite. Hubo la Primera Comunión en Bulgaria. Es cierto, me emocioné porque la memoria se fue al 8 de octubre de 1944, a mi Primera Comunión cuando entrábamos cantando “Oh santo altar custodiado por los ángeles”, un canto bello que seguramente alguno de ustedes recuerda.
He visto a esos niños que se abren a la vida con una decisión sacramental. La Iglesia custodia a los niños, son un límite, deben crecer, son promesa. Y lo he vivido muy fuertemente. He sentido en ese momento que esos 249 niños eran el futuro de la Iglesia, eran el futuro de Bulgaria.
Son dos cosas que he vivido con mucha intensidad. Quería contarles esto y muchas gracias. Recen por mí. Y no quiero irme sin hablar del siglo, no del tiempo, sino de los cien años de los viajes. Son rosas de Bulgaria: un pequeño pensamiento por el viaje número 100. Me dicen que ahora viene el whisky (risas). Buen viaje y muchas gracias.
Agencias en Roma – Reflexión y Liberación