La confianza de López Obrador en Francisco
El nuevo presidente de México ratificó que invitará al Papa y a otros líderes religiosos a sumarse a un plan para lograr la paz en el país que sufre el embate brutal de la violencia y el narcotráfico
Lo anunció antes de la elección del 1 de julio. Lo ratificó ya como virtual presidente. Andrés Manuel López Obrador confía en el poder moral del Papa. Por eso quiere sumarlo, junto con otros líderes religiosos y sociales, en un plan que lleve a México la paz que tanto anhela. Tras reunirse con el mandatario saliente, Enrique Peña Nieto, el nuevo presidente aseguró que la convocatoria sí tendrá lugar e incluirá a líderes civiles y exponentes de las Naciones Unidas. Aunque todavía se desconoce cómo y en qué términos podrá intervenir Francisco.
“Hoy se va hablar sobre la convocatoria de dirigentes religiosos del mundo y de México, a dirigentes de organismos sociales y a defensores de derechos humanos, además de la invitación de la ONU. Vamos a invitar al papa Francisco”, aseguró el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), este martes 3 de julio tras sostener su primera reunión con Peña Nieto, en el Palacio Nacional de la Ciudad de México.
Todavía la Santa Sede no se ha manifestado sobre la iniciativa. Pero algunos gestos de las últimas horas quedaron en el aire. “López Obrador es un buen candidato”, le comentó informalmente el Papa a una persona de su más estrecha confianza, pocas horas antes de la elección. Por lo tanto, no existe prejuicio ante la persona del nuevo presidente, aunque tampoco se forjó una relación cercana en el pasado cercano.
Al respecto, sólo existe un antecedente. Un encuentro cara a cara entre “el Peje” y Jorge Mario Bergoglio. Ocurrió el 14 de octubre de 2015. Ese día, el líder de Morena participó en la audiencia pública semanal de Francisco en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Al final, ambos intercambiaron saludos. López Obrador estaba entre los fieles ubicados en primera fila, en la zona conocida como “corralito”. Llevó como regalo una medalla de fray Bartolomé de las Casas y una carta en la que transmitió su “mas sincero reconocimiento, no sólo como representante de la Iglesia católica, sino como Papa misionero, de verdad cristiano”.
Se trata de un texto singular, porque manifiesta los pensamientos concretos del nuevo presidente sobre el obispo de Roma. Y mantiene su vigencia. En él, el autor expresa su “profunda admiración” a la persona y el liderazgo del Papa. Asegura que su mensaje espiritual puede ayudar a que “no se pierda la fe en la justicia” y a mantener encendida la “llama de la esperanza” en México.
“Por nuestra parte, le compartimos que continuamos trabajando para lograr una transformación que nos permita eliminar la corrupción política, que ha sido la causa principal de la desigualdad, de la pobreza y de la violencia que padecemos en México. Este cambio de régimen lo estamos impulsando por la vía pacífica y electoral, convenciendo, incluso, a los adinerados a no dar la espalda a los que sufren, sobre la premisa de que sólo siendo buenos podemos ser felices, y de que por el bien de todos, primero los pobres”, agrega.
Así las cosas, la relación entre el Papa y López Obrador se mantiene, por ahora, como un rompecabezas para armar. En este contexto resulta sugestivo que el diario vaticano, “L’Osservatore Romano”, haya reservado a la noticia de la elección del nuevo presidente mexicano un espacio de primer orden en su edición vespertina en italiano del lunes 2 de julio. En su portada, junto a la nota principal, el director Gian Maria Vian decidió colocar una foto icónica del mandatario electo festejando la victoria en medio de una lluvia de papelitos. Y luego, en el escrito, habló de “neta afirmación del candidato de izquierda”, que “era el gran favorito”. Destacó, además, que “los otros candidatos aceptaron la derrota”.
Señales sugestivas, tomando en cuenta que durante la campaña electoral llegaron a circular videos en los cuales se afirmaba que el Papa le respondía con mensajes hostiles a López Obrador. En realidad se trataba de clips editados y sacados de contexto, ya que Francisco nunca se refirió a candidato o plataforma política alguna. A este, siguieron otros episodios dudosos. Como la aparición de propaganda atribuida a Morena en la cual se afirma que la Iglesia católica “es parte de la mafia del poder” y se le acusa de manipular a través del “fanatismo”. Un mensaje impreso junto a la imagen de la Virgen de Guadalupe tachada. Panfleto denunciado como falso y parte de una “campaña sucia”.
Si el tono de la relación entre el nuevo gobierno y la Santa Sede pasará en buena parte por el vínculo que se pueda construir entre el pontífice y el presidente electo, que asumirá su puesto el próximo 1 de diciembre, otro importante termómetro será la relación institucional con la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Apenas unas horas después de la jornada electoral, su presidente y cardenal de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, firmó una nota en la cual ofreció algunas claves de lectura. Entre otras cosas constató que la jornada fue, en general, “ordenada y serena”. Además, enalteció el “esfuerzo democrático” que muestra “la dignidad y libertad de cada ser humano, llamado a participar en la vida social”.
“Nuestro reconocimiento a las autoridades electorales, así como a todos los ciudadanos en general. Gobierno y sociedad, trabajando juntos, podemos hacer grandes cosas. Saludamos y felicitamos, con respeto y cercanía, al Lic. Andrés Manuel López Obrador, a quien los resultados preliminares del Instituto Nacional Electoral han declarado ganador. Todos estamos llamados a colaborar, de forma positiva con nuestras autoridades electas”, indicó el comunicado.
Y añadió: “Sólo podremos crear mejores condiciones de desarrollo para todos, si nos involucramos en primera persona, en el mejoramiento de nuestros municipios, entidades federativas y de toda la República Mexicana. Ningún gobernante por sí mismo tiene todas las ideas y todas las soluciones. Es responsabilidad nuestra seguir participando cívicamente, siempre con respeto de los derechos humanos y del auténtico bien común”.
Advirtió también que la educación y el combate a la pobreza, la verdad y la libertad, el respeto a las diferencias y la búsqueda de consensos, son los caminos para vencer la desigualdad, el egoísmo y el abuso. Al mismo tiempo reprobó los actos de violencia suscitados en algunas localidades del país, especialmente aquellos que atentaron en contra de la vida humana.
Llamó a todos los creyentes a unirse en oración para agradecer y consolidar este momento cívico-político; y a los católicos, en especial, los exhortó a redoblar su compromiso para que el testimonio de su entrega y generosidad iluminen la vida social, con el evangelio de la vida, de la paz y de la solidaridad.
“Seguiremos implorando la protección maternal de Santa María de Guadalupe, quien nos impulsa a construir un México reconciliado, justo y fraterno que reivindique la dignidad de los más pobres y excluidos, la vida del no-nacido, el bien de nuestras familias y la auténtica libertad religiosa. La Virgen del Tepeyac es Patrona de nuestra libertad y lugar de acogida para todos. Por su intercesión la ayuda del cielo nunca nos faltará”, estableció.
Andrés Beltramo – Ciudad del Vaticano
Vatican Insider – Reflexión y Liberación