Los Cristianos debemos participar en la Política
“Los cristianos todos deben tener conciencia de la vocación particular propia que tienen en la comunidad política; en virtud de esta vocación están obligados a dar ejemplo de sentido de responsabilidad y de servicio al bien común” (Gaudium et spes, 75).
En Chile este domingo tenemos una importante y decisiva elección presidencial. Y tal como lo indica el Concilio Vaticano II, todos los cristianos y toda persona de buena voluntad está llamada a ejercer su vocación y servicio político. Unos postulándose como candidatos y ofreciendo un programa de gobierno y, una mayoría ciudadana ejerciendo su derecho al voto, en esto consiste una sana y adecuada convivencia democrática.
Nadie puede desconocer los avances que ha tenido el país en estos últimos años, también los esfuerzos porque cada vez exista más justicia social y equidad para todos. También, todavía se observa una enorme brecha entre pocos que tienen mucho y una gran mayoría que todavía sufre los embates de la precariedad y la pobreza. Allí están los desempleados y los sin techo que viven de allegados.
Porque Chile todavía registra altos índices de injusticias sociales, inequidad y trabajo precario, inadecuada asistencia en salud y pensiones, el embate de la droga en medio de nuestra juventud y un deplorable sistema de transporte público –a pesar de los esfuerzos gubernamentales y de una variada gama de Ongs- es evidente que aún existen graves problemas sociales no resueltos del todo. Por esto y más, no da lo mismo quién gobierne el país los próximos cuatro años.
Para este domingo hay que elegir entre dos proyectos de país; uno basado en el éxito económico que nos llevaría a un crecimiento mayor y de ello se derivaría un mejor bienestar para muchos. Otro, en que pone al hombre y la mujer como sujetos y no mera mercancía, es decir un plan económico de servicio a las mayorías y no viceversa. Esa es la cuestión de fondo; ¿qué proyecto ofrece seguir construyendo una economía alejada del solo designio del mercado? Y ¿qué candidato ofrece avanzar con eficacia en el tema de no más abusos y más justicia social?
En todo el mundo “la política” está desprestigiada tanto por el rol de sus líderes, como por la lamentable colusión entre la política y el dinero. Esto lo sabemos bien en Chile. Sin embargo, el ejercicio correcto de la política nos garantiza una sana convivencia democrática que vele por los derechos de todos, en especial de los más desprotegidos. En esto consiste ejercer bien la hermosa vocación política.
No podemos servir a Dios y al dinero
Para una mejor comprensión de la “cuestión política” y teniendo presente que en unas horas más hemos de cumplir nuestro compromiso ciudadano acudiendo responsablemente a ejercer nuestro derecho a elegir al nuevo Presidente de la República, recordamos una sabia reflexión de los obispos chilenos expuesta en su reciente Carta Pastoral: “Otro punto vital en el humanismo cristiano es la adecuada relación de las personas con los bienes y, en particular con el dinero. La forma como Jesús se relacionó con ellos nos entrega preciosos elementos para nuestra propia consideración acerca de las riquezas. En efecto, Jesús opone radicalmente el servicio a Dios con la búsqueda exorbitada del dinero: ‘no pueden servir a dos señores: no pueden servir a Dios y al dinero’ (Mt 6,24)”. –Chile, un hogar para todos, n° 87-.
Hay muchos otros importantes elementos sociales, económicos, éticos, antropológicos y de la vida diaria que se han de considerar seriamente para emitir nuestro Voto este domingo, por esta razón nos parece razonable y coherente con nuestra línea editorial durante estos 30 años, el entregar en forma pública estas reflexiones que tienen como fin ayudar a un discernimiento que nos conduzca a fortalecer nuestro espíritu democrático y a participar activamente para que Chile, de verdad, sea una patria en que la justicia, la dignidad y la libertad sean una hermosa realidad.
Consejo Editorial de Revista “Reflexión y Liberación”