Monja celebra Boda en Québec
Sor Pierrette Thiffault presidió la liturgia nupcial en Lorrainville, después de que el obispo hubiera obtenido la autorización de la Santa Sede. Una excepción prevista por el Código de Derecho Canónico…
Se llama sor Pierrette Thiffault, es una religiosa acostumbrada a suplir lo mejor que puede debido a la falta de los sacerdotes en la región de Abitibi-Témiscamingue, en Québec. Pero hasta el pasado 22 de julio no le había tocado celebrar ninguna ceremonia nupcial. Lo hizo en Lorrainville, un pueblito de 1200 almas que se encuentra a más de 650 kilómetros de Móntreal, en donde unió en matrimonio a Cindy y a David dentro de la iglesia parroquial.
La presencia femenina en el altar, donde se celebró, obviamente solo la liturgia nupcial, y no la misa, causó polémicas. Pero se trata de una excepción prevista por el Código Canónico promulgado en 1983 por san Juan Pablo II.
El canon 1112 afirma, efectivamente: «Donde no haya sacerdotes ni diáconos, el Obispo diocesano, previo voto favorable de la Conferencia Episcopal y obtenida licencia de la Santa Sede, puede delegar a laicos para que asistan a los matrimonios». En el Código de Derecho Canónico la palabra «laico» no tiene ninguna connotación masculina, sino se refiere, por el principio de igualdad, tanto a hombres como a mujeres. Otra cosa es la orden sagrada, en sus tres grados de diaconado, presbiterato y episcopado, reservado a los varones. La monjas, a pesar de haber hecho votos de religiosa, es considerada «laica» en relación con la orden sacra.
Hay que recordar que en el matrimonio, el ministro que celebra el sacramento no es el sacerdote. Los ministros celebrantes son, efectivamente, los esposos. El sacerdote tiene, en el ámbito de la liturgia nupcial, la tarea de testimonio calificado. Por ello las normas canónicas prevén, excepcionalmente y en casos de demostrada necesidad, la posibilidad de que quien presida la liturgia sea un laico, previa autorización de la Santa Sede.
Lorrainville pertenece a la diócesis de Rouyn-Noranda, en donde el clero escasea tanto que hay sacerdotes que tienen que ocuparse de 7 u 8 parroquias. Por ello el obispo llamó a sor Pierrette Thiffault, religiosa de las Hermanas de la Providencia, para la celebración del matrimonio. La monja quiso recordar a la prensa local que no había sido ordenada, por lo que no podía ejercer ninguna función sacerdotal. La que la autorizó, con una carta del 23 de mayo de 2017, fue la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, presidida por el cardenal Robert Sarah. El vicario general de la diócesis canadiense declaró: «En la Iglesia católica, esta es una presidencia que se encomienda solo a un cura, pero puede haber alguna excepción, y lo que sucedió hoy es una de ellas».
Sor Pierrette Thiffault se encarga desde hace años de la pastoral en la parroquia de Moffet, cerca de Lorainville, y le enseñó el catecismo a David, el esposo, cuando era chico. Fue el obispo quien pidió que pudiera presidir el matrimonio.
Andrea Tornielli – Roma
Vatican Insider – Reflexión y Liberación