Nueva vía a la santidad: ofrecer la vida por los demás
Papa Francisco la introduce con el «motu proprio» «Maiorem hac dilectionem», para los cristianos que, impulsados por la caridad, ofrecen heroicamente la propia existencia al prójimo.
Llega una nueva «vía» que se puede recorrer durante el camino a la beatificación y canonización. Se relaciona con los cristianos que, impulsados por la caridad, ofrecen heroicamente su existencia al prójimo. Es «el ofrecimiento de vida» que se añade al «martirio» y a las «virtudes heroicas» con los que hasta ahora comenzaban los procedimientos para declarar santa a una persona en la Iglesia. Lo decidió el Papa Francisco con un «motu proprio» publicado hoy, 11 d julio de 2017.
Con «Maiorem hac dilectionem» sobre el ofrecimiento de la vida, el Pontífice abre el camino a la beatificación de los fieles que han dado sus vidas por el prójimo aceptando libre y voluntariamente una muerte cierta y prematura.
Son «dignos de especial consideración y honor —se lee en el Documento papal— esos cristianos que, siguiendo más de cerca las huellas y las enseñanzas del Señor Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente la vida por los demás y han perseverado hasta la muerte con este propósito. Está claro —se explica— que el heroico ofrecimiento de la vida, sugerido y sostenido por la caridad, expresa una verdadera, plena y ejemplar imitación de Cristo y, por lo tanto, merece esa admiración que la comunidad de los fieles suele reservar a los que voluntariamente han aceptado el martirio de la sangre o han ejercido heroicamente las virtudes cristianas».
Es una novedad que modifica las reglas que existen desde hace siglos. Lo que se requiere es que en estos casos se verifique «el ejercicio, por lo menos en medida ordinaria, de las virtudes cristianas» antes de ofrecer la vida. Y, como sea, para la beatificación es necesario que se verifique un milagro después de la muerte.
Hasta ahora la Iglesia católica preveía que se podía proceder con la beatificación de un siervo de Dios por el martirio o por sus virtudes heroicas. Hay también «una tercera vía, menos conocida y menos transitada», explica a «L’Osservatore Romano» monseñor Marcello Bartolucci, Secretario de la Congregación para las Causas de los Santos, «pero que lleva al mismo resultado de las otras dos. Es la vía de los llamados “casus excepti”, de esta manera definidos por el Código de Derecho Canónico de 1917. Su reconocimiento lleva a la confirmación de un culto antiguo, es decir posterior al Pontificado de Alejandro III (1181) y anterior a 1534, tal como estableció Urbano VIII (1623-1644), el gran legislador de las Causas de los Santos. Esta confirmación del culto antiguo es llamada también “beatificación equipolente”».
Entonces, además de las anteriores, ahora se suma otra manera para llegar a la santidad: el ofrecimiento de la vida. De hecho, «últimamente, la Congregación para las Causas de los Santos se preguntado —refiere Bartolucci— si no son merecedores de la beatificación los Siervos de Dios que, inspirados por el ejemplo de Cristo, hayan libre y voluntariamente ofrecido e inmolado la propia vida por los hermanos en un supremo acto de caridad, que haya sido directamente causa de muerte, poniendo en práctica de esta manera la palabra del Señor: “Nadie tiene un amor más grande que este: dar la propia vida por los amigos”».
La reflexión sobre esta nueva modalidad comenzó con «Benedicto XIV», que «no excluía de los honores de los altares a los que habían dado la vida en un extremo acto de caridad, como, por ejemplo, a asistencia a los apestados que, al desencadenar el contagio, se convertía en una causa cierta de muerte. Toda esta problemática —indica el Secretario de la Congregación para las Causas de los Santos- comenzó a convertirse en objeto de explícita reflexión» en el dicasterio a partir de 2014.
Domenico Agasso – Ciudad del Vaticano
Vatican Insider – Reflexión y Liberación