Diciembre 30, 2024

“Me recibes en comunión y luego me vomitáis con vuestras injusticias contra los más pobres”

 “Me recibes en comunión y luego me vomitáis con vuestras injusticias contra los más pobres”

Hace años el hambre era una fatalidad porque no había alimentos suficientes. Hoy es una injusticia, porque sobran muchos alimentos. Paliar el hambre con el asistencialismo es prolongar la injusticia, aunque haya que hacerlo hasta que acabemos con la injusticia y los injustos que la causan.

Ya sé que para vosotros soy un desgraciado, un miserable, y os doy asco, pero soy un ser humano.

La celebración de la Fiesta de Corpus, nos da para hacer múltiples reflexiones:

Jesús, con Isaías (ver 1,10-18), nos dice hoy:

Detesto vuestras misas, vuestras custodias, vuestros ropajes, vuestras procesiones, vuestras calles cubiertas de flores, vuestras músicas,

porque:

-me tenéis muriendo de hambre en Africa, América o la India.

-me obligáis a emigrar de mi tierra.

-no me acogéis y me rechazáis en los inmigrantes que llegan a vosotros, ni os importa verme escarbando en los contenedores de vuestra calles, ni verme cerrado en una cárcel aunque sea por robar para comer. Para enriqueceros sois capaces de explotarme atiborrándome de droga y luego meterme en una celda de aislamiento como si fuera una fiera.Ya sé que para vosotros soy un desgraciado, un miserable, y os doy asco, pero soy un ser humano.

porque:

-me robáis mis minerales en el Níger para vuestras centrales nucleares, mi coltán en el Congo para nuestros móviles y ordenadores: me pagáis por un kilo 2 € y después vosotros los vendéis a 400, mientras yo aquí me muero de hambre.

-vuestras Multinacionales, vuestros bancos y sus dueños son cada vez mas ricos, y empobrecen cada vez más al resto de mis hermanos.

-compráis mi tierra a los gobiernos corruptos de mi país en Angola, Kenia, Zambia, Liberia, Senegal, Malí, Benín y otros muchos países de Africa, y a mi no me queda ni para cultivar un poco maíz para alimentar a mi familia, y el dinero de la venta va parar a vuestros paraísos fiscales.

porque:

-me explotáis con mano de obra de miseria, incluso en los niños, en Bangladesh, norte de Africa o las maquilas de América, para lucir vuestros trajes y modelitos, incluso en esto que llamáis fiesta del corpus.

porque:

-llenáis mis costas de basura radiactiva en Somalia y por eso me estoy muriendo de cáncer en el 40 % de sus habitantes.

porque:

-con las armas que vosotros fabricáis, me matáis en Siria, Afganistán, Sudán, Irak…,destruyendo mi casa, mi escuela, mi hospital.

“Por eso me tapo los ojos para no veros, detesto vuestros solemnidades, aunque elevéis las manos y menudeéis la plegaria yo no oigo, porque vuestras manos están de sangre llenas”. Me recibís en vuestra comunión y luego me vomitáis con vuestras injusticias contra los más pobres de la tierra.

porque:

-me da asco la corrupción de vuestros políticos y empresarios, de vuestros corruptos y corruptores, porque “comen a mi pueblo como se come el pan…, y tienen en sus manos la infamia, y su diestra repleta de soborno” (Salmo 14 y 26).

-no puedo ver vuestras pompas, báculos, ropas, mitras y solemnidades; vuestros órganos, altares, sagrarios e iglesias lujosas, porque me tenéis abandonado y lleno de miseria en los basureros de las ciudades del Tercer Mundo: ¿no veis que es ahí donde yo necesito realmente de vuestra justicia?

porque:

-tiráis millones de toneladas de comida y ropa a la basura, mientras millones de hermanas y hermanos míos se mueren de hambre y frío. No necesito de vuestras caridades, sino vuestra justicia.

-cada día maltratáis cada vez más a la Madre Tierra: la contamináis, la deforestáis, la alteráis genéticamente, matáis su vida, no os consideráis sus hijos ni la cuidáis como Buena Madre. Cuando gastáis más de lo necesario estáis siendo injustos conmigo y con ella.

Por todo eso, vuestras fiestas, misas y solemnidades, no son mis misas, ni mis fiestas, ni mis solemnidades. Con ellas fomentáis adoración y devoción, pero no transformáis mi iglesia, ni hacéis una sociedad humana, ni un mundo más igual, justo y fraterno: vivís en un sistema económico que hace cada vez más ricos a unos pocos y más pobres a todos los demás, que lejos de promover la igualdad aumenta la desigualdad, la injusticia y la violencia.

porque:

-rendís culto al dinero y le adoráis como a un dios: a ese dios ante el que se inclina el sistema económico al que servís y que es totalmente incompatible con el Reino que yo os mostré y del que decís ser discípulos…

-con caridades asistenciales queréis lavar vuestra cara, pero por dentro estáis corrompidos por el dinero, el poder y la avaricia. Ni vosotros queréis ser discípulos míos y a los que quieren serlo se lo impedís, porque vuestro sistema capitalista es el mayor enemigo de mi mensaje de vida y salvación.

Convertíos: “Lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer el mal, aprended a hacer el bien, buscad lo justo, defended el derecho del pobre, haced justicia al abandonado”, devolvedle lo que le habéis robado, compartid vuestros bienes. Construid una sociedad nueva inundada de justicia, de amor, de igualdad, de fraternidad: eso es lo que yo os he enseñado. Entonces vuestra luz brillará como el sol del mediodía, seréis hijos de mi Padre, y así nadie vivirá indignamente de vuestras caridades, ni de lo que tiráis como basura en los contenedores de vuestras calles.

Jesús el libertador:

“El hará justicia a los humildes del pueblo, salvará a los

hijos de los pobres, y aplastará al opresor… En sus días

florecerá la justicia y la paz…, porque el librará al pobre

suplicante, al desdichado y al que nadie ampara, se

apiadará del débil y del pobre… De la opresión, de la

violencia rescatará su vida, su sangre será preciosa

ante sus ojos” (Salmo 72)

Yo, vuestro hermano, Jesús de Nazaret, os quiero

a todos viviendo dignamente como hermanos.

P. Faustino Vilabrille Linares

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