Octubre 18, 2024

Israel vuelve a atacar Misión de la ONU

 Israel vuelve a atacar Misión de la ONU

Las Fuerzas Armadas de Israel recrudecen su ofensiva en Líbano y la misión de la ONU vuelve a ser blanco de un ataque a pesar de los llamados a que cesen las agresiones militares a los ‘Cascos Azules’.

La misión de la ONU en el sur del Líbano (FINUL) volvió a ser blanco del Ejército israelí, al que acusó de “abrir fuego directo y aparentemente deliberado” contra una de sus posiciones cerca de Kafer Kela, donde un tanque Merkava israelí disparó contra su torre de vigilancia y destruyó dos cámaras de vigilancia.

En un breve comunicado, la FINUL explicó que las fuerzas de mantenimiento de la paz observaron esta mañana, en una posición próxima a Kafer Kela, “un tanque Merkava de las FDI (Fuerzas de Defensa Israelí) disparando contra su torre de vigilancia”, en un ataque en el que “dos cámaras fueron destruidas y la torre resultó dañada”.

El pasado domingo, la FINUL denunció que dos tanques de Israel entraron en su posición y el día anterior que uno de sus soldados resultó herido “por disparos” en su cuartel general en Naqoura (sur), con lo que ascendió a cinco el número de cascos azules heridos en incidentes en tres días atribuidos a Israel.

Por otro lado, la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, consideró que ya “ha llegado el momento de que todos los actores implicados cesen inmediatamente el fuego y abran la puerta a soluciones diplomáticas”.

Ataques a Gaza y El Líbano y la complicidad occidental

La violencia contra personas no combatientes está documentada no sólo en el caso de las víctimas palestinas y libanesas, sino también en los constantes ataques a los trabajadores de Naciones Unidas. 

Debe recordarse que en el año transcurrido desde el inicio de la invasión de Gaza, “Israel” ha asesinado a más personal de la ONU del que ha fallecido en cualquier guerra, incluidas algunas de mucha mayor duración que la ofensiva en curso de “Tel Aviv”. Las agresiones deliberadas contra el organismo se han recrudecido a raíz de la incursión terrestre en Líbano, donde las tropas israelíes han disparado repetida y deliberadamente contra las posiciones de la fuerza de paz desplegada en ese país (Unifil), con un saldo de cinco cascos azules heridos.

El fin de semana, dos tanques de israelíes irrumpieron en instalaciones de ese agrupamiento de paz, realizaron disparos y permanecieron allí alrededor de 45 minutos, según denunció el propio cuerpo. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha exigido el retiro del contingente para llevar a cabo sus asaltos sin ningún obstáculo y ha dicho que al permanecer en sus posiciones los cascos azules se convierten en escudos humanos, es decir, que no titubea en matarlos con tal de alcanzar sus objetivos. En esta insania, el gobierno ultraderechista ha declarado persona non grata al jefe de la ONU, António Guterres, por denunciar la matanza de sus colaboradores.

El que las tropas de “Israel” irrumpen en instalaciones de la ONU y disparan dentro de ellas, mientras su jefe de gobierno amenaza al organismo, lo saben los mayores patrocinadores del régimen de Netanyahu, quienes firmaron una declaración conjunta en la que denuncian los ataques sufridos por el contingente en el sur libanés e instan a proteger a los soldados de paz. Pese a que son sus propios nacionales, entre los de otros 35 países, quienes se encuentran bajo el fuego israelí, Alemania, España, Estados Unidos, Francia y Reino Unido mantienen su apoyo a “Israel” y rehúsan condenar sus crímenes.

El caso de Washington es un ejemplo extremo de este doble discurso, pues mientras insiste en que desea la paz, ha entregado a su aliado ayuda militar por 18 mil millones de dólares, ha despachado costosas escuadras navales a proteger a las fuerzas armadas israelíes y a atacar a sus enemigos y, junto con París y Londres, ha bloqueado en el Consejo de Seguridad toda iniciativa que pudiera facilitar el fin del conflicto.

Es alarmante que Washington lleve su alineamiento hasta el punto de renunciar a su función diplomática en Medio Oriente, una región en la que tiene una responsabilidad no sólo por los desastres ocasionados en décadas de intervenciones, sino también por la cantidad de bases militares y tropas que mantiene ahí. Su parcialidad es motivo de un gran descontento entre la comunidad islámica, y ya provocó que Teherán, ante la falta de condiciones, renuncie al diálogo indirecto que sostenía con la superpotencia.

Es claro que Occidente está determinado a contemplar cómo se extiende y prolonga el peor genocidio en lo que va del siglo XXI, sin importarle que ahora la muerte se despliegue sobre Líbano, un integrante de la comunidad internacional que tiene derecho a la protección de su integridad, su soberanía y la vida de sus ciudadanos.

Agencias de Noticias en Beirut / El Líbano

Editor