Beatos Mártires Riojanos
En el primer aniversario de los mártires riojanos
Hace un año en La Rioja la beatificación de los mártires nos convocó a celebrar el reconocimiento público al compromiso que, sin alardes pero con eficacia y persistencia, vivieron Enrique Angelelli, Wenceslao Pedernera, Gabriel Longueville y Carlos Murias en fidelidad a su opción de vida en la lucha por la justicia y la vida en abundancia de los más pobres y olvidados.
En representación del Papa Francisco, el cardenal Angelo Becciú recordó que “fueron insultados y perseguidos a causa de Jesús y de la justicia evangélica”. Y afirmó que “los nuevos beatos se esforzaron por trabajar a favor de una fe que también incidiese en la vida, de modo que el Evangelio se convirtiese en fermento en la sociedad de una nueva humanidad fundada en la justicia, la solidaridad y la igualdad.”
En el altar, ante las reliquias, pudimos afirmar que “la sangre de los mártires ha traído de nuevo a los pobres al centro de la preocupación de la pastoral.” Esta centralidad recuperada sigue siendo el desafío ahora agudizado, cuando los siempre marginados padecen las peores consecuencias de las injustas estructuraciones sociales, impuestas por poderes hegemónicos asentados en privilegios, prebendas, egoísmos y opresiones.
En estos tiempos de pandemia, que imponen aislamientos y soledades, pero también agudizan las necesidades en los sectores populares más empobrecidos, con menos posibilidades de alimentos, trabajo y salud, vale la pena mencionar lo que en estos días están haciendo – como en tantos otros lugares del país y del mundo – las comunidades de la parroquia Beato Enrique Angelelli y Mártires Riojanos, en uno de los barrios periféricos del gran Buenos Aires. “Celebraremos el primer aniversario de nuestros patronos, los Mártires Riojanos, haciendo comida para los que más necesitan, como todos los días… porque como dijo Mons. Angelelli: la tierra es para todos, el agua es para todos, el pan es para todos”.
Adquiere sentido pleno y vigencia la conmemoración martirial porque impulsa, anima y compromete a seguir con esperanza la senda en la cuesta más empinada de fortalecer la marcha comunitaria para forzar la solidaridad de los que más han acaparado, dando pasos de justicia, que abran las manos para compartir y hacer posible la fraternidad, en el Tinkunaco-Encuentro, que se construye día a día.
Como los discípulos en el camino de Emaús (Lc. 24, 30-31), nuestros Beatos Mártires Riojanos, reconocieron a Jesús Resucitado cuando en torno a la mesa compartieron el pan. Esa es la memoria que estamos obligados mantener, para no evadirnos en lo superficial y accesorio, pretificando sus imágenes en recordatorios vacíos de vida en abundancia para todas y todos.
Aniversario de la Beatificación de los Mártires Riojanos
Universidad Católica de Córdoba – República Argentina
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