Proteger a los pobres del mundo del Coronavirus
Está emergencia económica y social mundial no terminará hasta que no superemos la emergencia sanitaria mundial. Para ello, hay que superarla en todos los países.
Es urgente que los líderes del G20 vuelvan a reunirse para acordar una respuesta mundial mayor y mejor coordinada ante la crisis de la COVID-19. Aunque en muchos sitios se están reduciendo los confinamientos, la cantidad de nuevos casos de COVID-19 en el mundo alcanzó recientemente su máximo nivel hasta el momento, mientras los devastadores costos económicos de la pandemia continúan acumulándose a medida que surgen nuevos epicentros en los países emergentes y en vías de desarrollo.
Nos alegran los compromisos alcanzados en una cumbre virtual especial el 4 de mayo, que llegan a los 8 mil millones de USD, para desarrollar vacunas, diagnósticos y tratamientos para la COVID-19. Instamos a los gobiernos y otros donantes a efectivizar esas contribuciones inmediatamente. De todas formas, todavía queda mucho por hacer.
La coordinación mundial es especialmente importante para desarrollar, producir masivamente y distribuir de manera equitativa cualquier eventual vacuna. Debido que esa vacuna deberá estar disponible en forma universal y gratuita, instamos a todos los miembros del G20 a que apoyen la reposición del financiamiento para Gavi, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización, en una conferencia en línea para comprometer fondos el 4 de junio.
De manera similar, hay que aumentar la capacidad para realizar los análisis de detección de la COVID-19, e implementarlos a una escala mucho mayor. Por otra parte, una colaboración transfronteriza más estrecha es fundamental para incrementar el aprovisionamiento mundial de equipos médicos esenciales. Los países en vías de desarrollo también necesitan ayuda para mejorar sus capacidades y sistemas de salud, y sus redes de seguridad social. Además, los países del G20 debieran apoyar el llamado de las Naciones Unidas para proteger a los refugiados, las personas desplazadas y otras que necesitan ayuda humanitaria.
Reflejando el deterioro económico y fiscal sin precedentes de muchas economías emergentes y en vías de desarrollo, más de 100 países solicitaron ayuda al Fondo Monetario Internacional. Es probable que otros se sumen a ese pedido. Pero aunque el FMI afirmó que estos países necesitan 2,5 billones de USD para superar la crisis, solo se asignó una fracción de ese monto.
Así, aunque nos alegran las buenas intenciones en el corazón del plan de acción del G20 para la COVID-19, los líderes del mundo deben ir más lejos.
La COVID-19 es un llamado a que el mundo despierte para construir un multilateralismo nuevo y más eficaz, equipado para atender a los desafíos del siglo XXI. Hay que reforzar y rediseñar parcialmente la salud mundial y la arquitectura financiera para mejorar nuestra preparación y capacidad para combatir futuras crisis de manera rápida y a escala. Una mayor acción del G20 para evitar que se profundice la recesión generada por la pandemia y mitigar su impacto sobre la gente más pobre del mundo sería un avance hacia esta meta. Instamos a sus líderes a adoptar ya mismo las medidas necesarias.
Erik BerglofDirector / Institute of Global Affairs, School of Public Policy, London School of Economics & Political Sciences
Gordon Brown /United Nations Special Envoy for Global Education; Chair, International Commission on Financing Global Education Opportunity, The Office of Gordon and Sarah Brown