Magnificat por la muerte de P. Pepe
Bendito sea el Señor y Padre de su pueblo que camina en la historia porque ha mirado la sencillez de su servidor Jose Aldunate. Por él. ha suscita una fuerza de salvación en su Iglesia chilena. El Todopoderoso ha hecho maravillas de levantar hombres como él en los periodos difíciles cuando muchos se resistieron a aplicar el Concilio Vaticano II.
Dios le dio la sabiduría de un profesor de moral que inspiró a muchos y hasta el mismo Papa Francisco en su tiempo de estudios en Chile.
Dios desplegó la fuerza de su brazo cuando el Padre José enfrentó los soberbios corazones en los años de la dictadura, defendió a los perseguidos y colaboró a derribar de sus tronos a los potentados.
Actualizando su misericordia, el Padre de todos los hombres lo puso como profeta para ensalzar a los humildes y hambrientos en la mejor tradición de su congregación, lo llenó de su Espíritu para iluminar por sus escritos los caminos de Liberación de los pobres.
Para que el pueblo cristiano recuerde su misericordia, nuestro Padre Dios llevó más allá de los 100 años a nuestro amigo Pepé para que su presencia anime los cristianos despiertos para corregir y renovar la institución eclesial venida en menos.
De todo corazón, te agradecemos Señor por habernos suscitado este profeta, únalo a toda tu asamblea celeste porque tú eres la vida.
Paul Buchet
Consejo editorial de revista “Reflexión y Liberación” – Chile.