El Papa Francisco pide escuchar “el grito de los pobres”
El Papa Francisco almuerza con personas necesitadas después de celebrar una misa ayer en la Basílica de San Pedro, Roma, en el marco de la II Jornada Mundial de los Pobres.
El Papa ha instado este domingo a escuchar “el grito de los pobres” que son silenciados “por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos pero cada vez más ricos”. Por segundo año consecutivo, el Pontífice ha celebrado la Jornada Mundial de los Pobres, instituida al final del Jubileo de la Misericordia en 2016, con una multitudinaria homilía celebrada en la basílica de San Pedro. Y más tarde, Francisco ha almorzado con cerca de 1.500 personas necesitadas en el Vaticano.
Durante la homilía dedicada a los más desfavorecidos, el papa Francisco ha hecho un llamamiento contra la indiferencia hacia los pobres y los descartados, entre los que incluyó a los niños no nacidos y a aquellos que son víctimas inocentes de las guerras. El grito de los pobres, dijo el pontífice, “es el grito ahogado de los niños que no pueden venir a la luz, de los pequeños que sufren hambre, de chicos acostumbrados al estruendo de las bombas en lugar del alegre alboroto de los juegos”.
El de los pobres es “el grito de tantos Lázaros que lloran, mientras que unos pocos epulones banquetean con lo que en justicia corresponde a todos. La injusticia es la raíz perversa de la pobreza“, ha denunciado. Francisco ha recordado también “el grito de los ancianos y abandonados”, de los migrantes y refugiados, “quienes deben huir, dejando la casa y la tierra sin la certeza de un lugar de llegada. Poblaciones enteras, privadas también de los enormes recursos naturales de los que disponen”.
“El grito de los pobres es cada día más fuerte pero también menos escuchado, sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos pero cada vez más ricos”, ha lamentado el Papa argentino. Francisco ha instado a los cristianos a no detenerse “con los brazos cruzados” o permanecer “indiferentes” ante las injusticias.
Tras la misa celebrada en la basílica de San Pedro ante 6.000 personas, el Pontífice ha almorzado con cerca de 1.500 personas desfavorecidas en el Aula Pablo VI en el Vaticano, a escasos metros de su residencia en la Casa de Santa Marta. La iniciativa solidaria ha contado con la colaboración de cerca de 70 voluntarios de las parroquias de Roma. El menú, compuesto de lasaña, pollo con puré de patatas y tiramisú, fue ofrecido por el Hotel Cavaliere Hilton de Roma. Y al finalizar, cada uno de los invitados recibió un kilo de pasta.
“Esta jornada que involucra cada vez a más parroquias, asociaciones y movimientos eclesiales quiere ser una señal de esperanza y un estímulo para convertirse en un instrumento de misericordia en el tejido social”, ha dicho Francisco después de pronunciar el Ángelus. Numerosas Iglesias y colegios de la capital italiana se han unido a la convocatoria y han celebrado a la vez un almuerzo solidario para personas necesitadas en sus dependencias.
Como parte de las iniciativas puestas en marcha por el Vaticano con motivo de la segunda Jornada Mundial de los Pobres, durante toda la semana ha permanecido abierto en la Plaza de San Pedro un ambulatorio médico solidario para dar asistencia gratuita a personas vulnerables con dificultades para acceder a servicios médicos. La iniciativa ha contado con la colaboración de varios hospitales y universidades romanas y ha ofrecido las especialidades de cardiología, ginecología, reumatología, dermatología o medicina general. Una suerte de hospital de campaña que el viernes el Papa visitó por sorpresa.
Soraya Melguizo – Roma
El Mundo – Reflexión y Liberación