Abuso Episcopal
Opinión de una Laica Católica que nos llega desde el Sur de Chile.
Mi reflexión a la luz de lo que vamos conociendo de lo sucedido en las reuniones de Papa Francisco y los obispos de Chile. Y, como ellos, con el Cardenal Errázuriz a la cabeza todavía ni entienden ni asimilan sus graves errores, silencios y complicidades con el crimen de la Pedofilia y sus encubrimientos.
Por lo visto, podríamos afirmar sin pudor que los obispos chilenos en Roma representan hoy por hoy los peores enemigos de la Iglesia que dieron vida a la red de ocultamiento y encubrimiento del clero ligados a los abusos ya conocidos por todos. Qué duda cabe que el estilo de vida de quienes integran la Conferencia Episcopal ha sido incoherente e inconsecuente con ese amor primero siguiendo los pasos de Jesús.
Ya basta de oraciones de perdón, de rostros compungidos, revestidos de falsa inocencia, haciendo creer al pueblo de Dios que son blancas palomas y que nunca se enteraron de nada. Incapaces de reconocer sus heridas con sinceridad y verdad, sino reaccionando a punta de presiones desde el Vaticano.
Vergüenza, rabia y dolor es lo que siento como laica católica, aún así habrá que dejarles claro y, que se den por enterados los jerarcas eclesiásticos aludidos, que la Iglesia no quiere ser permisiva, ni menos quiere ser encubridora de crímenes y que ha llegado la hora de la verdad y la transparencia. Que sepan que el pueblo de Dios está despertando para que exista misión y no imposición perjudicando al Evangelio mismo.
Otra Iglesia queremos, ¿saben cuál? la del Resucitado!
Carol Crisosto Cádiz – Diplomada en Estudios Religiosos
Comunidad ss.cc.