Diciembre 22, 2024

Gracias Sr. Hawking

Gracias por desautorizar nuestro Dios “Mago”.

Porque Dios no es ningún mago y necesitamos recordar que nuestros credos profesan a Dios como “Padre” antes de llegar a decirlo “creador” del cielo y de la tierra. Nuestros mitos bíblicos nos confundieron algo.

Los conflictos entre la fe y la ciencia vuelven de moda porque el físico teórico inglés Stephen Hawking esta publicitando su nuevo libro “The grand design” y sus declaraciones  de la inutilidad de la existencia  de Dios toman espacio en la prensa.

Uno se puede preguntar si es en realidad las teorías quánticas, la teoría del Big Bang,  el universo en 11 dimensiones, la teoría de las Membranas,  el descubrimiento de un planeta que  no orbita el sol,  si son todas estas teorías que cuestionan nuestros conciudadanos ¿Son esas teorías complicadas que alejan a nuestros hijos de la fe en Dios.¿No lo será, en mucho mas grado, el escándalo de las divisiones, del sectarismo y del integrismo de las iglesias, el escándalo de sus contradicciones institucionales, sus rigideces e sus inmoralidades?

¿Como Dios puede dejar de ser Dios porque debamos hablar por delante del “multiverso” al lugar del “universo”?

El Sumo Pontífice, en 1981, en su entrevista en el Vaticano con  el mismo  Hawking (que seguía  entonces creyendo en la existencia de Dios) lo autorizó para  estudiar todo lo que paso después del Big Bang pero le pidió  respetar el momento mismo del acto creador, “el trabajo de Dios”.

No se hablaba entonces del “antes”, de la “supergravedad” y de los “universos paralelos” y que colisionan para crear el famoso  “Big Ban”    explicando así el surgimiento de las masas de materia.

Hawking nos dice hoy día: ““Porque existe una ley como la de la gravedad, el universo puede y podría crearse por sí mismo de la nada. La creación espontánea es la razón por la que el universo existe y existimos y  resulta redundante el papel de un creador.

Si se piensa en Dios como un mago que prende la mecha del Big Ban, puede resultar obsoleto de verdad pero no  entiendo porque molestarse de la idea de una creación espontánea y de una “autogeneración ”, una evolución propia del mundo. Esta autodeterminación no tendría que molestarnos más que la misma existencia de la libertad humana personal que nos da una idea de lo que puede ser una  autonomía que se acomoda lo más bien de la existencia de Dios. Hasta me gusta la  idea de una evolución y una expansión del mundo con la autonomía de sus propias leyes científicas. Y en esta perspectiva me ayuda Gerardus Hooft, premio Nobel de física que  dice que la coherencia  buscada por  la Teoría “M” que sostiene  Hawking  permite entender lo que los espíritus religiosos entienden por designios de Dios. Es la teoría “M” como “misterio” dice G. Hooft.

La citación  del próximo libro de  Hawking recogida en la prensa española tiene un contexto particular. Es una traducción del inglés, recordamos también que  Hawking, por su handicap, habla a través de una computadora y esta publicando  su nuevo libro en colaboración con el físico Mlodinov. La publicidad dada de antemano a este libro provoca desde ya una critica entre los científicos que llevan a decir  que algunos científicos son como algunos escritores tal vez buenos para vender pero no tan buenos entre sus pares.

Las referencias a la existencia o no existencia de Dios que pueden surgir de teorías científicas son realmente gratuitas.

La razón de lo que existe, el sentido del universo, el misterio de Dios   pertenecen a otras reflexiones que a las de un físico teórico, son reflexiones filosóficas y doy razón al auditor que elevó la voz, un día, en una entrevista publica de  Hawking  reclamando con urgencia un filosofo en la sala.

Pero tampoco la filosofía nos tranquiliza en cuanto a la existencia de Dios, los hay  teístas, agnósticos y  ateos.

Para Nietzsche   “Dios ha muerto”  pero, sus ideas sirvieron para levantar la idea del “Ubermensch”. Los resultados conocidos de esta doctrina en  la IIª guerra inquietan de ver a Dios puesto en el obituario.

La cuestión de la existencia de Dios es tan mal tratada que nuestros contemporáneos perdieron interés en el tema. Una gran masa de gente mantiene una religiosidad irreflexiva que se va  desagregándose de a poco y las autoridades eclesiásticas acusan de relativismo el número creciente de “descreídos” y por las desafiliaciones notorias, culpan la coctelera de ideas y de opiniones que corren los medios de comunicaciones globalizados pero no se percatan de su inadecuación de sus mensajes conservadores.

Dejemos la contienda entre creacionistas y evolucionistas. Dejemos a la sordina eso del “creador todopoderoso” para hablar del misterio de Dios.

Mantengamos al hombre en el conjunto de una intención divina que la abarca todo. El Reino de Dios anhelado no es el reino del hombre aún cuando puede entender su rol importante en su construcción terrestre.

Lo que parece importante también es de discernir lo positivo de estas fuerzas que hacen existir, evolucionar y expandir el universo(o el multiuniverso). La Providencia de Dios es todo lo contrario del Hazard, se presiente una benevolencia benéfica que ve surgir la vida de la materia, que ve el hombre nacer entre los  animales….que ve el hombre sobrevivir y progresar.

Interrogado de las posibilidades del hombre de destruir su tierra y de desaparecer de la faz de la tierra  Hawking respondió que, de verdad, uno tiene el derecho de preguntárselo por  el impacto tecnológico del hombre que puede ser más destructivo que la naturaleza puede soportar.

El progreso humano malentendido como un dominio del mundo debe ser cuestionado seriamente y es aquí que Dios deja de ser un mago.

Porque el hombre necesita  ser desengañado de sus errores, debe ser salvado de sus ambiciones, de sus rivalidades y violencias…  Como no entender las percepciones  de la teología de la liberación y de las nuevas tendencias ecológicas que llaman a un suplemento de alma, un recurso divino, una “revelación”, una nueva inteligencia, un nuevo espíritu para no autodestruirse.

Paul Buchet

Artículo escrito comentando el libro “The Grand Design” en 2012

 

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