Diciembre 22, 2024

Recordando al Obispo Oscar Romero

 Recordando al Obispo Oscar Romero

Recordando a Oscar Romero para un Futuro Devenir del Rol Político de los Cristianos.

En medio de la confusión y los conflictos en los referentes políticos de hoy en día, no solo en Chile sino el mundo, podemos mirar al pasado y aprender, en especial los cristianos, que pareciera que hemos desaparecido de la política nacional. Pero no, no hemos desaparecido, solo que ha quedado lo peor de nosotros: persecución y castigo a la mujer, les prohibimos el derecho a votar una vez, las pastillas también, hoy le negamos abortar en causales extremos; represión al amor por ser distinto a lo que llamamos normal, algo ridículo pensando que antes nuestra Iglesia considero normal la esclavitud, lo que se llama normal casi siempre nunca ha sido lo correcto; encubriendo nuestras crisis, como en Osorno, etc.

Ante la desaparición de nuestra política esperanzadora, de la buena noticia del evangelio, la universalidad y apostolicidad que tenía Alberto Hurtado, quien en sus acciones mostraba la sonrisa de Cristo y en sus escritos la llama de Justicia Social que una vez solo estuvo en manos de las corrientes Humanistas Ateas. Ante la caída en el olvido de Mariano Puga o Don Pepe Aldunate, quienes ya no están en los corazones de los abatidos por la injustica, que por su edad ya no pueden ser los agitadores que fueron. Ante la pérdida de Rafael Agustín Gumucio, Radimiro Tomic y Clotario Blest, parece que los sueños por una sociedad distinta, una sociedad socialista han quedado llenas de telarañas y polvo en una estantería que los cristianos parecieran no sostener más. Es que vale la pena ver al pasado.

Recordar el rol de la Teología de la Liberación y los compañeros mencionados, pensar en las críticas y avances teóricos de Leonardo Boff y Teresa Forcades, pensar de nuevo en la Liberación del Prójimo.

Hasta el más conservador de los cristianos debe juzgarse y preguntarse, ¿es que el Evangelio dice que el Reino de los Cielos está? ¿Está? Realmente se puede creer en la predestinación como decía Calvino o en el Derecho Natural como pensaban los Gremialistas. No existe un Dios caritativo y compasivo de ser así. Y es en esa reflexión que surgió un grande para Latinoamérica y todos los pueblos oprimidos del mundo, Óscar Arnulfo Romero. Quien partió siendo un pasivo y neutro sacerdote, que no incomodaría a la Dictadura del Salvador, pero que por la muerte de su amigo Rutulio Grande y la casualidad de la vida, llego a ser Arzobispo del Salvador no solo de título, sino también en acción, llego a ser el Arzobispo de ese tan torturado pueblo. Se cuestionó y adopto un rol que conllevo a su muerte, su lucha por la paz, redistribución de la riqueza y el entendimiento murió asesinado por la Derecha que alguna vez fue sostenida por anteriores Arzobispos.

“Es inconcebible que se diga a alguien “cristiano” y no tome como Cristo una opción preferencial por los pobres” (Óscar Romero, Homilía 9-09-1979).

La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación, el pastor con olor a oveja tendrá que luchar por esto, organizarse para enfrentar a los fariseos y fanáticos de la Ley que callan el pesar del pueblo y esparcen odio al prójimo. Mientras el Laico debe tomarse la calle, sindicalizarse, participar en su Junta de Vecinos, Federación Universitaria, hacer política en los Liceos e Institutos del país, colaborar con los necesitados, ser voluntario y militante, ser un agente de revolución, aun cuando pareciese que ya se perdió, seguir luchando, en especial ahora que pareciese que ganará el retroceso, que ganara una vez más Sebastian Piñera.

Como Cristianos, con color político y domicilio, como desde la independencia política, debemos tomar seriamente el rol popular donde hay que dar hasta la última gota para ser una herramienta en servicio del Jesús Obrero y Campesino, ser mil Clotarios, ser cientos de Albertos, ser mil llamas de esperanzas por la descomposición de todo tipo de explotación y opresión existente. Como decía Óscar Romero; “Hay que Cambiar este Sistema de Raíz”.

En el cumplimiento de 100 de tu nacimiento compañero, daremos nuestra vida como signo visible de nuestra misión como apóstoles de Cristo y  construiremos el Reino de los Cielos, aunque eso nos cueste la vida como a ti Óscar Romero.

¡El que muere por la palabra de Cristo vive el corazón de todo un Pueblo!

Con el Salvador y América Latina celebramos estos 100 años de tu natalicio, tu palabra vive más que nunca.

Alonso Ignacio Salinas Garcia

Alumno 4° Medio del Colegio San Ignacio del Bosque  –  Santiago de Chile

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