Noviembre 24, 2024

El Agua, problema y negocio mundial

 El Agua, problema y negocio mundial

Comentario al Evangelio del 8 de enero 2016:
Fuimos, como Jesús, bautizados con agua, ¿para qué?

El Papa Francisco quiere lavar y vestir con ropa limpia a la Iglesia: ¿le estamos ayudando?

¿Hoy los millonarios, las multinacionales y los grandes banqueros ven en la Iglesia y los cristianos un serio peligro?

El agua y los seres vivos: El agua tiene un simbolismo maravilloso para el bautismo: el agua es vida, el agua limpia y se limpia, el agua forma parte del 71 % de nuestro cuerpo, al que equilibra hídricamente. El nivel de sal en los mares es del 3,4 %. Si subiera al 6 % la vida en ellos sería imposible, como pasa en el Mar Muerto. El cuerpo humano posee la misma proporción de agua que el planeta Tierra: el 71 %, y la sangre la misma salinidad que el agua del mar: el 3,4 %. Vida y agua son inseparables.

El agua sacia la sed de los seres vivos. Cada una de las células de nuestro cuerpo que tiene sed, nos avisa para que bebamos agua, limpia y natural. Pero los países desarrollados enviamos cada año al agua entre 300 y 500 millones de toneladas de residuos contaminantes. Gracias que ella tiene la maravillosa cualidad de purificarse con la evaporación. Cuatro millones de niños (mas de 10.000 al día) mueren al año en el mundo por falta de agua. Unos 2.500 millones de personas enferman al año en el Tercer Mundo por enfermedades derivadas de la carencia de agua, o por beber agua no potable. El deterioro climático pone en serio peligro del futuro del agua, y por tanto de la vida.

El agua como negocio:
El agua, que debería ser patrimonio universal y exclusivo de toda la humanidad, se ha convertido en un negocio más del capitalismo. Se está privatizado sin parar. A causa del cambio climático va a ser, cada vez más, un bien escaso. Va a tener más valor que el oro o los diamantes: estos no son comida ni bebida, el agua sí. Sin agua no hay vida. Va ser mucho más importante que el petróleo: para el petróleo hay alternativa, para el agua no. Sin petróleo se puede vivir, sin agua imposible.

Acaparadores de tierra y agua: Los grandes millonarios y los bancos mayores del mundo como Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Citigroup, UBS, Deutsche Bank, Credit Suisse, Macquarie Bank, Barclays Bank, Blackstone Group, Allianz y HSBC, se están haciendo con el control mundial del agua. Grandes magnates de las finanzas, desde EE.UU. con la familia de los Bus hasta Hong Kong con Li Ka-sing, pasando por los Emiratos árabes que tienen mucho petróleo pero no tienen tierras de cultivo ni agua, están comprando millones de hectáreas de tierra en Africa, no solo para la producción de alimentos, sino también para hacerse con el agua para producirlos o su consumo directo. Con su mucho dinero compran inmensas extensiones de tierras dotadas de agua con ríos, acuíferos, lagos, etc., así como grandes empresas dedicadas a la ingeniería hidráulica. El BM señala que COMPAÑÍAS MULTINACIONALES e inversores extranjeros adquirieron en los últimos 4 años 227 millones de Has. tan solo en fincas mayores de 1000 hectáreas, casi todas ubicadas en las cuencas de los grandes ríos del continente africano. Acaparamiento de tierra y acaparamiento de agua van a la par. Detrás del acaparamiento de tierra hay una lucha mundial por el acaparamiento del agua.

Nestlé: Peter Brabeck-Letmathe, presidente de Nestlé, fue uno de los que sin sentir vergüenza, demostró cuáles son las razones reales que se persiguen con el acaparamiento de las tierras, cuando expresó: “Con la tierra viene el derecho a extraer el agua ligada a ella; en muchos países, es esencialmente una ganga que en forma creciente puede llegar a ser la parte más valiosa del negocio”.

Dice que es una ganga porque en Africa compran tierras por 20 ó 30 € Ha.

Un joyero catalán compró 200.000 hectáreas en Gambia (seguro que negociando con damantes y oro africanos), y el multimillonario T. Boone Pickens es propietario de los derechos de agua del acuífero de Ogallala (EE.UU), que le permite drenar aproximadamente 245.000 millones de litros de agua al año: son ejemplos de cómo la tierra y el agua están pasando, cada día en más cantidad, a manos privadas.

Carencia de títulos de propiedad: Para algunos expertos, el 90% de las tierras de la África subsahariana no disponen de títulos o escrituras de propiedad, porque desde siempre se rigen por el derecho consuetudinario, no escrito, por lo que los Estados se consideran sus dueños, que debidamente sobornados, las venden o, en el mejor de los casos las alquilan por 50 ó 99 años, a inversores extranjeros, con destino a alimentos para la exportación o agrocombustibles en fincas de miles de has. de extensión. Las Multinacionales chinas ni siquiera contratan trabajadores africanos, sino que traen sus propios trabajadores de China.

Los campesinos se quedan sin tierra y sin trabajo: la consecuencia inevitable y dramática es la emigración forzosa. Los emigrantes que llegan a las costas de Europa no son emigrantes que quieren marcharse libremente, sino obligados a huir acuciados por el hambre, a causa de haber quedado sin tierra. Millones de africanos están amenazados de muerte por quedar sin tierra y sin agua.

Efectos del Bautismo: ¿tiene algo que ver todo esto con el bautismo? Lo tiene que ver todo:

Recordar el agua de nuestro bautismo debería producir hoy en nosotros los mismos efectos que produjo en Jesús de Nazaret. Su bautismo fue un signo del cambio radical que dio a su vida: dar de comer a los hambrientos, curar a los enfermos, dar de beber a los sedientos, etc. El primero debería ser que todo el mundo tuviese acceso a agua potable suficiente, porque el agua es el alimento más necesario para el ser humano. Ante todo, muchas gracias a cuantos colaboradores habéis apoyado diferentes proyectos de agua: los dos últimos en la Ponderosa de Guatemala y en el Colegio de Kagugu en Ruanda para 1200 niños/as.

Jesús y su bautismo: Jesús acude a ser bautizado por Juan, y de estar en Nazaret trabajando durante bastantes años como un obrero más, donde comprobó las penurias de los pobres y explotados, pasa a trabajar de otra manera y con otro compromiso mucho más radical: la construcción del Reino de Dios. Aquella experiencia obrera le llevó a reflexionar mucho y a descubrir que aquella forma de sociedad era inhumana, injusta, indigna del hombre, como pasa hoy en gran parte de Africa, América del Sur, la India y en grandes sectores del Cuarto Mundo. Había descubierto desde abajo y desde dentro lo que era la vida de los empobrecidos de entonces, donde hasta las niñas de 12 años y los niños de 14 ya pagaban impuestos al Emperador romano.

Por eso Jesús, como vemos ya desde el comienzo del Evangelio, se dirige tantas veces a los pobres, a los que llama dichosos porque de ellos es el Reino de los Cielos. Por tanto desde la riqueza no se puede pertenecer al Reino de los Cielos. Para hacerlo es necesario abandonarla, compartiéndola, y vivir solo con lo necesario, porque como decía San Ambrosio en el siglo IV “lo que nos sobra se convierte en un deber para la necesidad del prójimo”.

Cambio social radical: Jesús comprende que es necesario un cambio radical, que aquella sociedad injusta y cruel, impuesta por el Imperio Romano (hoy al capitalismo), no puede seguir así. Acude a que Juan lo bautice. Es su bautismo de agua.

Nuestro bautismo: El agua de nuestro bautismo tiene que impulsarnos a limpiar tanta injusticia, opresión, desigualdad y basura (también religiosa) como tenemos hoy en el mundo. Es necesario dar vida y limpieza como la da el agua a nuestra propia Iglesia. A veces los ríos se desbordan para limpiarse y a las pocas horas tener su agua trasparente y limpia. El Concilio Vaticano II puso en marcha una gran depuradora para la Iglesia, pero lo hemos abandonado… Ahora el Papa Francisco quiere lavar a fondo y vestir con ropa limpia a la Iglesia. ¿Le estamos ayudando? Jesús se bautizó de verdad y por eso Jesús, asume un gran compromiso social, político y religioso: hacer y anunciar el Reino de Dios.

-Un compromiso social liberador: la justicia, la igualdad, la fraternidad, el amor mutuo, la entrega a los demás, el perdón, la paz, la dignidad de las personas, los derechos humanos del hambre y la naturaleza (incluido lo más pequeño como los lirios y los pájaros que Dios viste de belleza y cuida primorosamente), son el núcleo esencial de su mensaje para este mundo.

-Un compromiso político liberador: “Todos vosotros sois hermanos, a nadie llaméis señor sobre la tierra, ya sabéis que los señores de este mundo subyugan a sus súbditos e imperan sobre ellos: no ha de ser así entre vosotros, sino que el mayor entre vosotros ha de ser el servidor de todos”. Hoy los señores de este mundo son las multinacionales, los grande bancos, los millonarios, los usureros de la tierra, del agua…

-Un compromiso religioso liberador: “Uno solo es vuestro Padre, el del Cielo, todos vosotros sois hermanos…No hagáis caso a quienes imponen grandes cargas a los demás y ni un dedo ponen para empujar”, o “convierten mi casa en casa de banqueros” (son los únicos contra los cuales Jesús empuñó el látigo: ¡si viniera hoy! “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. Quienes usan la religión como un instrumento de poder, dominio, manipulación, de opio adormecedor y evasivo, son abominables. Las religiones fueron muchas veces y pueden seguir siendo, un gran peligro para la humanidad. La religión que no humaniza, esclaviza y es contraria al Dios verdadero.

Este triple compromiso lleva a Jesús a ser perseguido por todos: por las “autoridades” políticas y aún más por las religiosas. Ven en El un serio peligro para su situación privilegiada. Los pobres lo entienden y lo siguen, pero los ricos, los poderosos y los de arriba lo rechazan. ¿Hoy los millonarios, las multinacionales y los grandes banqueros ven en la Iglesia y los cristianos un serio peligro? Después de la resurrección de Lázaro, “se reúnen los sumos sacerdotes y los fariseos y dicen: si le dejamos seguir así vendrán los romanos y destruirán el Templo y a nuestra nación… Desde ese día decidieron darle muerte”. Tenían miedo a que los romanos se enteraran de lo que Jesús estaba haciendo y enseñando, y les quitaran sus privilegios.

Bautismo de sangre: Es por lo que Jesús termina su vida en este mundo con un bautismo de sangre, nada menos que en la Cruz: El mismo bautismo que reciben ahora cada día los miles de empobrecidos de la tierra que son asesinados por una muerte injusta y prematura a causa del hambre, la sed, la privación de tierra y de agua, la emigración, los desplazamientos, los encarcelamientos indiscriminados como en Ruanda o el Congo, así como quienes los defienden como los misioneros, los sindicalistas de Colombia, miembros de ONGs, secuestrados y a veces asesinados. Los asesinos de hoy son los mismos de entonces: los que viven a costa de los demás sobre todo en el Tercer Mundo, que tienen sus manos muy manchadas con la sangre de los pobres.

Bautizarse hoy: es decidirse por Jesucristo, con un compromiso de coherencia de toda nuestra vida con Jesús y su mensaje, es decir, por la dignidad de todo ser humano. Por tanto, creer es comprometerse crítica, política e históricamente con la construcción de la justicia, la igualdad, la fraternidad, la vida, el amor, la esperanza, la alegría de vivir, la paz, la confianza en el Padre-Madre Dios como lo hizo el gran profeta Jesús de Nazaret. Según esto, ¿estamos siendo coherentes con nuestro propio bautismo como lo fue Jesús con el suyo? Si nos bautizaron de pequeños, ahora tenemos que rebautizarnos a nosotros mismos con el bautismo de verdad como lo hizo Jesús. Ojalá que sí, para hacer la vida más digna y feliz en este mundo a nosotros mismos, a todos los hombres y a toda la creación, y así participar también con El en la Plenitud de la Vida. Nunca seremos lo que debemos ser mientras los demás no lo sean también.

P. Faustino Vilabrille Linares

Foro de Cristianos Gaspar García Laviana

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