+Francisco ya en la Casa del Padre

«Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.
Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.
Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino». (Cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Iglesia Católica).
Toda su vida, Jorge Mario Bergoglio, fue un hombre sencillo, estudioso y de profunda oración, así se le recuerda desde los tiempos de su ingreso al Seminario de Villa Devoto como novicio de la Compañía de Jesús, así también le recuerdan sus compañeros de Seminario en Chile, pues allí concluyó parte de su formación religiosa.
El Cardenal Bergoglio en Buenos Aires siempre tuvo un estilo de vida austero. Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia episcopal, renunció a su limosina y a su chofer, se movilizaba en transporte público, preparaba su comida. Disfrutaba de la ópera, el tango y el fútbol, cuya pasión lo llevó a ser socio activo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro. Visitaba las Villas miseria de la periferia de la ciudad capital y clamaba para que el clero y religiosas estuvieran con los más pobres e indigentes. Esa era su praxis pastoral cotidiana antes de llegar a Roma.
Para los que siguen con atención los acontecimientos de la curia romana, el nombre del cardenal Bergoglio no era desconocido. Ya en el Cónclave de 2005, su nombre fue propuesto por un pequeño grupo de cardenales sin importarles algunos puntos en contra, como por ejemplo, su salud poco robusta y que venía del otro extremo del mundo, de los confines del sur. Además de ser jesuita…Cómo siempre sentenciaban no pocos cardenales italianos.
Todos los estudiosos del ministerio petrino y vaticanistas bien informados, coinciden en señalar que ya ungido como Francisco Papa y, sale al balcón central de la Basílica de San Pedro a saludar a la muchedumbre, se produce el acontecimiento que marcará su labor de pastor universal de la Iglesia Católica: ‘Cómo quisiera una Iglesia pobre para los pobres’. En ese momento histórico, quedaría abierta la ruta que marcará todo el devenir de este hombre providencial que le habló al pueblo no como Papa, sino como Obispo de Roma. Todos en S. Pedro y en el mundo percibieron, al escuchar esas novedosas palabras, que algo nuevo había comenzado… Y, más cuando señaló: ‘Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, cuidarnos a nosotros mismos…’.
Hemos de reconocer que Francisco, cumplió algunos aspectos de los conversatorios del Cónclave anterior a su elección como nuevo Papa. Con sus gestos y palabras retomó lo mejor de la tradición de la Iglesia, lo sustantivo y postergado del Concilio Vaticano II. También el mundo le reconoce sus palabras de denuncia sobre la mundanidad y privilegios de cierto clero que prefiere el poder a la belleza y resplandor del Evangelio que proclamó -desde la pobreza- Jesús.
Es alentador percibir que Francisco interpeló a toda persona creyente o no, su palabra libre y a veces provocadora no deja indiferente, al contrario, invita a tomar una posición frente a los grandes problemas del mundo y a lo que nos indica con claridad el Evangelio. Prueba de este momento que vive la Iglesia, son sus homilías en las misas celebradas en la Capilla de Santa Marta, donde vivió, descansó y oró sencilla e intensamente. Y, por cierto allí escribió sus magníficos escritos plasmados en Evangelii gaudium y Laudato Si’.
Finalmente, una infidencia: Conocí y dialogué, sin prisa, con este hombre providencial que cautivaba por su sencillez, acogida y alegría. Siempre saludaba como si fuéramos grandes amigos, escuchaba con atención los argumentos y animaba a seguir construyendo desde la base, a hablar sin temor y a mirar el mundo con mucha esperanza. De esos diálogos fraternos y luminosos con un hombre bueno, cercano, consecuente y, por sobre todo fiel en su plan de reformas a una Iglesia que por mucho tiempo se resistió a las sorpresas de Dios y a los necesarios cambios que expuso, con la ayuda del Espíritu y el Concilio Vaticano II.
Gracias Papa Francisco por tanta humanidad, comprensión, valentía y por tu revolución del amor teñida por la belleza interpelante del Evangelio.
–Breve reseña histórica de Jorge Mario Bergolio Sívori–
Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio y Regina María Sívori, inmigrantes italianos.
Fue bautizado el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires. Durante su infancia fue alumno del Colegio Salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles y estudió en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 27 Hipólito Yrigoyen en la que se graduó como técnico químico. Luego trabajó en el laboratorio Hickethier-Bachmann.
Durante su juventud, sufrió una enfermedad a los pulmones por lo que fue sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón, lo que no le impidió desarrollar sus actividades con normalidad.
El 11 de marzo de 1958 ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en el Seminario de Villa Devoto. Como novicio de la Compañía de Jesús terminó sus estudios en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile.
Entre 1967 y 1070 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, casi a los 33 años de edad.
Continuó sus estudios de 1970 a 1971 en la Universidad de Alcalá Henares (España) y el 22 de abril de 1973 realizó su profesión de jesuita. De regreso a Argentina fue maestro de novicios en la Villa Barilari; profesor en la Facultad de Teología de San Miguel; consultor provincial de la Compañía de Jesús, cargo que ocupó hasta 1979; y rector del Colegio Máximo de la Facultad.
Fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires por el Papa Juan Pablo II el 20 de mayo de 1992. Cuando la salud del entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Antonio Quarracino, empezó a debilitarse, Mons. Bergoglio fue designado Arzobispo Coadjutor el 3 de junio de 1997. Al fallecer el Cardenal Quarracino lo sucedió en el cargo de Arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el Papa Juan Pablo II lo creó Cardenal. Como Purpurado formó parte de la Comisión para América Latina; la Congregación para el Clero; el Pontificio Consejo para la Familia; la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
El Cardenal Bergoglio siempre tuvo un estilo de vida sencillo y austero. Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia episcopal, renunció a su limosina y a su chofer, se movilizaba en transporte público y preparaba su comida.
El Cardenal Bergoglio disfrutaba de la ópera, el tango y el fútbol, cuya pasión aún disfruta al ser socio activo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
Al cumplir los 75 años, de acuerdo al derecho canónico el Cardenal presentó su renuncia ante el entonces Papa Benedicto XVI. Tenía previsto retirarse a un hogar para sacerdotes mayores o enfermos para después llevar una vida de oración y de dirección espiritual, alejada del gobierno eclesiástico.
El 13 de marzo de 2013, el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor al papado tras la renuncia de Benedicto XVI. Concretamente, fue a las 19.06 horas cuando salió la fumata blanca de la Capilla Sixtina, después de cinco rondas de votaciones, en el segundo día d cónclave.
Según medios italianos, el Papa Francisco consiguió un total de 90 votos, lo que supuso llegar a los dos tercios de los 115 religiosos que, en ese momento, tenían derecho a elegir al nuevo papa por condiciones de voto y edad.
Así, fue el cardenal protodiacono Jean-Louis Tauran el encargado de anunciar desde el balcón central de la Basílica de San Pedro la elección de Francisco, con las tradicionales palabras ‘Habemus Papam’.
El Papa Francisco fue nombrado el 266º Papa de la Iglesia católica, asumiendo el cargo también como jefe de Estado y el octavo soberano de la Ciudad del Vaticano en el mes de marzo de 2013 en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave. De este modo, desde ese 13 de marzo y hasta su fallecimiento este 21 de abril de 2025, el Papa ostentó su cargo durante 12 años y 39 días.
Jaime Escobar Martínez / Director de revista Reflexión y Liberación.
Roma – Santiago – Madrid