El sueño del +P. Rutilio: ‘Una mesa para todos’

A 48 años del Martirio del P. Rutilio Grande y sus compañeros, vemos con alegría que su Testimonio cristiano vive en comunidades de base y en grupos laicales que llevan su nombre y que continúan la misión de construir un mundo más digno, con justicia social desde los pobres y marginados.
Rutilio Grande García, sacerdote jesuita, fue asesinado el 12 de marzo de 1977 mientras se dirigía a su pueblo para celebrar Misa. Junto con él murieron un anciano -Manuel- y un adolescente -Nelson-, acribillados por un ‘escuadrón de la muerte’ que les tendieron una emboscada ocultándose a ambos lados de la carretera que conducía a la casa parroquial de Aguilares, ubicada en el pueblo natal del P. Rutilio, llamado El Paisnal.
Rutilio forma parte de los crucificados que fueron asesinados por denunciar las injusticias y la violencia institucionalizada de los poderosos que persigue y descalifica a los marginados. Su martirio también infunde esperanza en que la Iglesia –fiel al Evangelio- permanecerá junto a quienes sufren la persecución, la calumnia y denunciará la injusticia, la pobreza y la violencia, que siguen siendo un problema central no solo en El Salvador.
‘Una mesa para todos’, soñaba el P. Rutilio:
“¡Les felicito, hermanos! Nos han dado una gran lección. Nos cuentan que en vez de ponerse a pelear con el hermano Pedro si la Virgen tuvo o no muchos hijos, si se puede comer gallina estrangulada o no, ustedes le ofrecieron su ayuda cuando le desalojaron. En su pobreza le han levantado el rancho y le ayudaron a trasladar sus tiliches… Esta es la fecundidad del Evangelio. No es el evangelio como doctrina ni como ley, sino el evangelio como buena noticia, como gracia, como invitación a ser hermanos”. (Carta a las Iglesias / UCA José Simeón Cañas – 1977).
A Rutilio se le considera parte de los crucificados que fueron asesinados por denunciar el pecado social que persigue a los pobres y excluidos. Su martirio también infunde esperanza en que la Iglesia se solidarizará siempre con quienes sufren y denunciará la injusticia y la violencia que siguen siendo un problema central no solo en El Salvador.
Hoy, recordamos las proféticas palabras del Beato Rutilio pronunciadas el día 13 de febrero de 1977 en Apopa, un mes antes de su Martirio:
“Un Dios que preguntara: Caín, qué has hecho de tu hermano Abel? Algunos prefieren el Dios de las nubes. No quieren a ese Jesús de Nazaret. . . En el cristianismo hay que estar dispuesto a dar la vida en servicio por un orden justo, por salvar a los demás, por los valores del Evangelio…“.
Jaime Escobar Martínez / Director de Revista ‘Reflexión y Liberación’
Santiago – Roma – Madrid