Noviembre 24, 2024

¡Sin juicio por terrorismo internacional!

 ¡Sin juicio por terrorismo internacional!

Murió Henry Kissinger, ex Secretario de Estado USA en los años 70 y uno de los mayores promotores del terrorismo en el siglo XX.  Ideólogo y Protector  de la tenebrosa ‘Operación Cóndor’ en América Latina amparando golpes militares y la brutal represión de las dictaduras en Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay, Brasil y Paraguay.

También, delineó y apobó operaciones terroristas en Viet Nam, Laos, Camboya, Pakistán, Indonesia, Angola y Mozambique. Y, siempre desde su alto cargo en la administración norteamericana defendió los legados siniestros de las dictaduras en Grecia, España y Portugal. Como difusor del Sionismo internacional, siempre avaló -hasta el final de sus días- todas las violentas incursiones militares israelíes en contra de la soberanía del pueblo Palestino.

Kissinger y su praxis terrorista en Chile

El ex Secretario de Estado USA; Henry Kissinger, puso a disposición de los generales golpistas y de extremistas de derecha como Patria y Libertad; armas, dinero y contactos para impedir que el electo presidente Salvador Allende asumiera. Y, luego, para que el gobierno de la Unidad Popular  fuera derribado por las fuerzas armadas chilenas.

El Archivo de Seguridad Nacional de USA, cuenta con más de 30.000 páginas de transcripciones de las conversaciones telefónicas de Henry Kissinger, muchas de las cuales el funcionario del Departamento de Estado USA  grabó en secreto y que después de años se conocen en el mundo.

El registro histórico desclasificado no deja dudas de que fue el ‘principal arquitecto de los esfuerzos estadounidenses para desestabilizar’ el Gobierno Constitucional del Presidente Salvador Allende, postulan los historiadores que investigan y difunden los documentos conspirativos y por años secretos.

En las semanas previas a la toma de posesión de Allende en 1970, los registros de la CIA revelan que Kissinger supervisó operaciones terroristas encubiertas para fomentar un golpe militar que condujera directamente al asesinato del comandante en jefe del Ejército de Chile, el general René Schneider.

Uno de los documentos revela también que el 15 de septiembre Kissinger mantuvo una reunión en la Casa Blanca con el presidente Nixon y el director de la CIA, Richard Helms, sobre Chile. Las notas del director de la CIA registran las órdenes de Nixon de ‘hacer crujir y obstaculizar a la economía’ y evitar que Allende asumiera el cargo de presidente.

Una vez que el líder de la Unidad Popular llegó a La Moneda, Kissinger autorizó una intervención clandestina para ‘intensificar los problemas de Allende’. También para que se crearan las condiciones políticas-económicas para que el derrocamiento pudiera ser factible, según las transcripciones de una reunión con el Consejo de Seguridad, celebrada solo tres días después de que Allende asumiera la presidencia de Chile.

Cuatro días después del brutal Golpe de Estado, Nixon y Kissinger conversan de nuevo (telecon desclasificada en 2004), se quejan de los llantos´ y la ‘hipocresía’ de la prensa internacional que se concentra en la represión militar. el bombardeo al Palacio de Gobierno y de la posible acción de Estados Unidos y concluyen con dos frases tan hipócritas como lapidarias: Nixon dice ‘Nuestra mano se mantiene oculta en esto’, y Kissinger responde ‘No lo hicimos nosotros… Quiero decir, les ayudamos… Creando las máximas condiciones posibles (para el Golpe)…

Lo que el mundo civilizado y democrático del mundo se pregunta con estupor  hasta hoy; ¿Cómo es posible que este promotor del terrorismo recibiera el Premio Nobel de la Paz en 1973, justo el año del derrocamiento del presidente Allende y en plena guerra  sucia de USA en contra de Viet Nam?

Este genocida ya no está en este mundo y, seguro, deberá rendir cuentas ante la justicia Celestial. Finalmente, adherimos a la sabia reflexión del Embajador Juan Gabriel Valdés que en Washington expresó  tras la muerte de Kissinger: “No consiguió jamás esconder su profunda miseria moral”.

Jaime Escobar M. / Director de revista ‘Reflexión y Liberación’

Santiago – Roma – Madrid

Editor