‘Sin profecía, la economía está ciega’
El Papa Francisco recibió, este lunes 17, en audiencia a los miembros de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y de la Confederación de Empresarios de Galicia. A ellos el Pontífice les dijo que, “está en nuestras manos cambiar esa tendencia de contaminación que está destruyendo todo”.
En sus saludos a los miembros de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y de la Confederación de Empresarios de Galicia, el Santo Padre les dijo que, su presencia aquí es un signo de esperanza. “Nos toca una época con notorios desequilibrios sea económicos y sociales. El Concilio Vaticano II ya había afirmado que «el lujo pulula junto a la miseria. Y mientras unos pocos disponen de un poder amplísimo de decisión, muchos carecen de toda iniciativa y de toda responsabilidad, viviendo con frecuencia en condiciones de vida y de trabajo indignas de la persona humana». En este contexto – indicó el Papa – es apremiante proponer una economía adecuada para contribuir a resolver las grandes problemáticas que vivimos a nivel mundial”.
“Los animo a seguir transformando con creatividad el rostro de la economía, para que esté más atenta a los principios éticos y no se olvide de que su actividad está al servicio del ser humano, no sólo de unos pocos sino de todos, especialmente de los pobres. Además, es importante que tome conciencia de que no está por encima de la naturaleza, sino que tiene que cuidar de ella, pues de esto dependen las generaciones futuras”, lo dijo el Papa Francisco en su discurso dirigido a un grupo de Empresarios de España, a quienes recibió en audiencia la mañana de este lunes, 17 de octubre, en la Sala del Consistorio del Vaticano.
A los empresarios españoles el Papa Francisco les dirigió tres ideas para su caminar como emprendedores. En primer lugar, el Pontífice indicó que, está la profecía. “En la Biblia el profeta es aquel que habla en nombre de Dios, que transmite su mensaje, y a través del cual favorece un cambio en su entorno”. En un contexto tan complejo como el actual, señaló el Papa, caracterizado por la guerra y la crisis ambiental, a ustedes les toca desarrollar su servicio, digamos, como profetas que anuncien y edifiquen la casa común, respetando todas las formas de vida, interesándose por el bien de todos y fomentando la paz. Sin profecía, la economía, y en general toda la acción humana, está ciega. Y hablando espontáneamente, el Pontífice advirtió a estar atentos a que la economía no se transforme en finanza, porque se vuelve líquido, gaseoso.
Finalmente, el Santo Padre les compartió tiene que ver con el trabajo y la pobreza. De estos nos ha dado un importante testimonio san Francisco de Asís, que llevó adelante no sólo la restauración de la capilla de san Damián, sino que, sobre todo, contribuyó a restaurar la Iglesia de su tiempo. Concretamente, lo hizo con el amor que tuvo hacia los pobres y con su forma austera de vivir. “Con los valores del trabajo y la pobreza, que implican la confianza completa en Dios y no en las cosas, se puede crear una economía que reconcilie entre sí los miembros de las diversas etapas de producción, sin que se desprecien mutuamente, sin que se creen mayores injusticias o se viva una fría indiferencia”. Por otro lado, esto no quiere decir que se ame la miseria, la cual, por el contrario, tiene que ser combatida, y para ello ustedes tienen buenos instrumentos, como la posibilidad de crear empleos, y contribuir así a dignificar a sus prójimos.
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco animó a los Empresarios españoles a cuidar la naturaleza, la casa común, sobre todo, pensando en generaciones futuras, y dijo que, “todavía está en nuestras manos cambiar esa tendencia de contaminación que está destruyendo todo”. Asimismo, el Papa encomendó a los Empresarios a la protección de la Virgen Santísima y de san José. “Ellos supieron cuidar de su familia y de su casa con corazón de padres. Que ellos intercedan por ustedes, para que el Señor les conceda también un amor maternal y paternal para cuidar de la familia humana y de la casa común”.
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
Vatican News – Reflexión y Liberación