+Don Jorge Hourton: a diez años de su Pascua
+Don Jorge Hourton: a diez años de su Pascua
Su compromiso con la verdad y la justicia, que a veces lo hacía aparecer polémico, provenía de su profundo sentido de Dios.
El 5 de diciembre de 2011 falleció en Santiago el obispo Jorge Hourton a los 86 años después de una enfermedad larga y rebelde que soportó con entereza y cristiana actitud. Su recuerdo nos llena de gratitud y emoción y es una fuente de inspiración para los que lo conocimos y lo admiramos.
Esta vez, la expresión ‘descansó en paz’ tiene pleno sentido, pues durante en su vida nunca descansó. Fue un pastor admirable que luchó por el reino de Dios y su justicia, como lo quiere Jesús. Un hombre de Dios y de la Iglesia, amigo de los pobres, con una religiosidad profunda y moderna, intelectual consecuente y defensor de las víctimas de la dictadura de Pinochet.
Su compromiso con la verdad y la justicia, que a veces lo hacía aparecer polémico, provenía de su profundo sentido de Dios. Un obispo conflictivo, dijeron algunas personas durante su vida. Seguramente lo mismo señaló otras en el momento de su muerte. Más que polémico, hay que interpretarlo con las mismas características de los profetas bíblicos y de otros profetas y de otras profetisas de la historia y de los tiempos recientes. Hombres y mujeres enviados por Dios para ‘anunciar y denunciar, arrancar y destruir, edificar y plantar’ como el profeta Jeremías. Así fue don Jorge. Así vivió y así murió. Como Jesús. Querido, admirado y seguido, pero al mismo tiempo criticado, incomprendido y a veces rechazado.
El rebeló algo de su itinerario espiritual en la homilía de su 50 aniversario sacerdotal el 24 de septiembre de 1999, acontecimiento hermoso recordado en la revista ‘Reflexión y Liberación’ en el número 92 de 2012. En esa oportunidad realizó un análisis de su trayectoria personal y expresó en voz alta sus convicciones más profundas sobre el sentido de la vida y de la muerte. Decía que frente a las dudas e interrogantes ‘solo nos queda escuchar a quien ha venido a dar un nuevo sentido a la muerte; Jesús de Nazaret’. Esa seguridad, esa confianza le permitieron asumir opciones concretas, a veces conflictivas con consecuencias sociales y políticas. Por ejemplo, su artículo aparecido en la revista ‘Análisis’ de noviembre de 1983, titulado ‘Si no dejan de torturar, dejen de comulgar’.
Esas opciones coyunturales provenían de sus convicciones religiosas y pastorales, de su relación profunda con el Dios de la vida. Así lo expresó en su homilía de los 50 años; ‘tal sustancial fe en la vida eterna es lo único que puede permitirnos hacer opciones decididas y aun absolutas en las variadas y conflictivas situaciones concretas y conflictivas del mundo y de la sociedad’.
Al hacer memoria de don Jorge en este aniversario lo recordamos con devoción, gratitud y cariño. Damos gracias a Dios por su vida y su testimonio profético. Su fortaleza y su claridad evangélica son una luz que inspira nuestro caminar.
Sergio Torres González
Revista ‘Reflexión y Liberación’ N° 96 febrero-marzo 2013 / Pagina 26-27.