‘El Obispo con las alegrías y los dolores de su pueblo’
Monseñor +Enrique Angelelli, obispo de La Rioja (Argentina) asesinado en 1976 por orden de la dictadura militar que asoló a ese país hermano. El Papa Francisco dispuso su Beatificación el 27 de abril de 2019, celebrada en su querida Diócesis.
Angelelli, nació en la ciudad de Córdoba el 17 de julio de 1923. Fue ordenado sacerdote en Roma el 9 de octubre de 1949. El Papa Juan XXIII lo eligió como obispo auxiliar de Córdoba y fue consagrado el 12 de marzo de 1961. Luego el Papa Pablo VI lo designó Obispo de La Rioja y tomó posesión de esa diócesis el 20 de agosto de 1968.
Mons. Angelelli llevó a la vida del pueblo de La Rioja las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de Medellín y del documento de San Miguel del Episcopado argentino. Su acción pastoral, inspirada por estos documentos, fue objeto de duras polémicas. Fue un hombre que se dejó tomar por el Espíritu y apasionar por el evangelio.
Vivió intensamente la amistad y estrechó lazos de unión y de afecto con la gente de manera bastante inusual en su ambiente. Siempre manifestó con gestos y palabras su amor por la Iglesia; un amor serio, crítico y absolutamente fiel al evangelio. Creyó en la Iglesia como comunidad y favoreció el encuentro fraternal entre sus miembros.
Tuvo una enorme comprensión por los más humildes, y fue capaz de elevar la voz en la denuncia frente a las opresiones desde sus homilías, cartas pastorales y la radio. Desde la experiencia de su tierra y de su pueblo, constantemente se esforzó por romper las estructuras de injusticia para que la tierra, el trabajo, el pan y el agua fuera para todos.
Los títulos de sus homilías son más que significativos para indicarnos el fondo de su reflexión: “Pacificar el corazón, mirar al futuro, preparar los hombres del mañana” (1 de enero de 1969):
“El obispo, hombre crucificado; en su corazón deben encontrar cabida las alegrías y los dolores de su pueblo” (1970).
“Con alma de niños, dar acogida en nuestro corazón al don de la paz” Mensaje de Navidad (1970).
“Colecta Más por Menos, toma de conciencia nacional, un comienzo para aplicar en cristiano la distribución de los bienes” (1971).
“Urge escuchar la voz de Cristo y llegar incluso a opciones y rupturas interiores si queremos cambiar nuestra manera de vivir” Carta pastoral de Cuaresma (1972).
“En nuestras madres encontramos un eco de la grandeza y del amor de Dios” Mensaje en el Día de la Madre (1973).
“Quiero manifestar un amor grande al pueblo riojano que el Señor me confió; un amor grande a esta hora histórica que nos toca vivir y que juntos vamos tejiendo dolorosamente; amor grande a Cristo y a su Iglesia” (1973).
“Somos obispos y pastores de un Concilio que debe ser llevado a la práctica” (1974).
“Ser hombres de la luz es no evadimos de nuestra realidad y construir nuestra historia con los demás” (1975).
“Seguimos mirando nuestro presente y nuestro futuro con esperanza, aunque sea dolorosa nuestra realidad” (1975).
Redacción de revista “Reflexión y Liberación” – Chile.