‘Con la crisis, los últimos tienen que ser los primeros’
P. José Antonio Pagola, licenciado en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma, en Sagrada Escritura por el Instituto Bíblico de Roma y diplomado en Ciencias Bíblicas por la Escuela Bíblica de Jerusalén, ha sido profesor en el Seminario de San Sebastián y en la Facultad de Teología de Vitoria.
Una Iglesia con sensibilidad, incluso crítica nos lleva a una Iglesia más evangélica y más humana.
Vamos a tener que aprender a vivir una vida más austera y sin duda más sana, aprendiendo a renunciar y a ser solidarios, desde la familia al propio entorno. El bienestar fácil se ha terminado y vamos a tener que vivir de una manera más humana y más evangélica. Nos va a costar y será doloroso, especialmente para los jóvenes, y las familias van a tener un peso importante, porque en tiempos de crisis esos lazos se robustecen. De todas formas, siempre hay que mirar con esperanza.
Los últimos, ahora más que nunca, tienen que ser los primeros, y para lograrlo la compasión es la única manera de que nos parezcamos un poco a Jesús, que así nos mira y nos trata. Tenemos que vibrar y padecer con el otro, sentirlo y reaccionar. Estos grandes valores no se cultivan en una sociedad fácil, pese a que al final es lo que se nos va a preguntar es que hicimos al encontrarnos con un necesitado.
La Iglesia debe centrarse con verdad y con más fidelidad en la persona y en el proyecto de Jesús, que quiere un mundo más humano, más sano, más digno y más dichoso para todos, empezando por los últimos. Que la gente vea que le preocupan sus sentimientos y que trabaja por una vida más feliz y más dichosa. Ser cristiano es seguir a Jesús y eso se nos ha olvidado. La religión tiene un peligro, que se puede convertir en un tranquilizante, no podemos servir a Dios y al dinero, porque El no quiere que nadie pase hambre, sino que todos tengan una vida digna.
En lo material no hay motivos para ser optimistas, pero si para afrontar la crisis con valores, progresando en calidad humana, en lo que creo que los jóvenes van a sacar lo mejor que llevan dentro. Jesús en las unciones pone en marcha un proceso de sanación social y lucha contra la hipocresía y el culto vacío de amor, con el perdón como horizonte, porque Dios nos entiende y nos comprende siempre. Por eso nos dijo ‘no tengan miedo‘, porque quiere vernos viviendo con confianza y sabiendo acoger a los demás con ternura , que es otro valor que también se ha perdido y que tenemos que recuperar.
José Antonio Pagola