Diciembre 21, 2024

¡Fabiola y Gustavo los queremos en la Constituyente!

 ¡Fabiola y Gustavo los queremos en la Constituyente!

Los queremos allí: ¡en la Constituyente…! Para que el nuevo Pacto Social nazca mirando sus rostros, oyendo sus voces.

Y no sólo por la deuda eterna que Chile tiene con ustedes, sino porque si la Magna Carta nace escuchando sus voces, la “nueva casa de tod@s”, un país entero, emergerá no desde la indolencia y la invisibilización histórica de las víctimas y l@s sufrientes del país sino desde lo que ustedes, herman@s míos, simbolizan y representan: ustedes representan a millones de rostros desprotegidos, millones de voces cuyos gritos de justicia han sido ignorados y acallados impúdicamente por la élite, por el establishment, por los cuatro poderes, por una justicia injusta y cómplice, incluyendo en esa complicidad la mentira de los matinales y los noticiarios oficiales y oficiosos, mentira que nos bombardea, sin pudor y todos los días, con esos mismos rostros que gatillaron los saltos del torniquete y el estallido social en octubre de todo un pueblo.

Los queremos allí, en la Constituyente, en tanto recordatorios vivientes de que todas las vidas, todas las voces y todas las miradas importan y merecen absoluto respeto; pues ustedes  -Fabiola y Gustavo-  serán un mandamiento para un país, serán nuestro veredicto de justicia permanente en contra de ese sistema estatal de injusticia que encarcela la pobreza y la protesta social pero que “condena” a clases de ética y firma mensual a los intocables, a los saqueadores de un pueblo, y que regala una firma bimensual a la totalidad de esos policías que se cebaron en las calles desangrando vidas, voces, miradas, ojos, sueños desarmados, indefensos, inocentes.

¡Que alguien me diga dónde hay que firmar para que vuestra presencia nos honre y nos represente en la Constituyente! Para que vuestros nombres hagan arder, como dos espadas de fuego, los protocolos acartonados y sacralizados de esa élite política de rostros cien veces repetidos cuya hipocresía tradicionalmente cómplice es la misma que define al Ejecutivo y a la Judicatura, instituciones que –lo dicen 4 informes internacionales- amparan hasta hoy la impunidad de los sacaojos, de los Maturana, de tanquetas reventando cuerpos, de zorrillos que no arrojan agua sino químicos venenosos, de carniceros tipo Crespo.

Parafraseando al notable filósofo Walter Benjamin:  La Constituyente y la Nueva Carta Magna que se nos viene -Carta Magna que el 80% sufriente de un país hizo posible-, no será inocente si no incluye las voces de las víctimas, esto es, si no es impulsada desde la memoria del sufrimiento anterior”, desde la justicia y –esta vez sí que sí, y por primera vez en nuestra historia republicana- desde y para el “Nunca Más Definitivo-Definitivo”.

Cuando aquí hablo de víctimas y de un pueblo sufriente, refiero a l@s héroes de una historia. Y Fabiola y Gustavo: ¡ustedes son héroes y sobrevivientes de esa historia!  …por tanto deben tomar parte en la redacción de la nueva Carta Magna. ¡Aunque ello incomode al 20 % indolente del Rechazo y a esos partidos políticos tradicionales que una vez más se están cebando, toda vez que se están apropiando de una conquista popular que dejó 400 ojos mutilados y más de 30 hermanos muertos.     

Noé Bastías / Profesor de Filosofía

Editor