EL DNA de Jesús de Nazaret
“Recen por mí”, es la frase ritual con la que el Papa Francisco concluye sus despedidas.
En una entrevista, a la pregunta del periodista: ¿Quién es Mario Bergoglio?
Francisco respondió: “Soy un pecador”.
Francisco ,¿será el único pecador?, se toma en serio su condición de pecador y hasta lo vemos arrodillado en el confesionario para recitar la lista de sus grandes pecados.
En mis encuentros con los jubilados en el Rincón Amigo o en el Bar Isabel constato que las palabras pecado y pecador no tienen peso, han caído en desuso como los ceniceros y han
dejado de existir, si no en el diccionario, sí en los labios y en el corazón de la inmensa mayoría de los católicos.
“No son vuestros pecados, sino vuestra moderación la que clama al cielo. Vuestra mezquindad, aun dentro de vuestros pecados, es la que clama al cielo”.
Observo con preocupación que, hoy, son muchos, se triplican día tras día, los “rezadores” por el Papa Francisco.
No sé si se trata de un trending topic o de una revelación divina, pero los “rezadores” no rezan por sus pecados, unos rezan para que no diga “tonterías” y otros para que no diga “herejías”.
El Cardenal Sarah y el ex-Papa Joseph Raztinger rezan y escriben para que no tome las medidas que la Iglesia necesita tomar en el siglo XXI. Siguen pensando que el sacerdocio es para héroes y el matrimonio para los que se queman en la hoguera de la lujuria.
Aureola vieja y sucia, hoy, ayer también, públicamente desmentida.
En el confesionario oigo pecados nuevos, los de la carne, pecados viejos, se disfrazan con eufemismos o veladas alusiones, son nuevos los pecados ecológicos, son nuevos los pecados contra el Papa Francisco, “no puedo aceptar sus enseñanzas”, son nuevos los “no leo la Biblia”, ni la entiendo ni la necesito. Los nuevos pecados merecen nuevos códigos de moral.
No me extraña que sus “rezadores” se multipliquen animados por la claque de Cardenales y Obispos que no sintonizan con Francisco. Algunos emiten en OM Medieval y otros en FM preconciliar.
Yo rezo para que el Papa Francisco siga diciendo “tonterías” lindas como las que dijo en la Fiesta de la Guadalupana.
El día 12 diciembre, Fiesta de la Virgen de Guadalupe, Francisco, en su homilía, hizo saltar todas las alarmas. Tres palabras sazonaron su sermón: madre, mujer y mestiza.
“Cuando os vengan con historias de que había que declararla esto o hacer este otro dogma, no nos perdamos en tonterías. Jamás se presentó como co-redentora. No, discípula.
Nunca robó para sí nada de su Hijo, lo sirvió como madre”. Francisco dixit en español ¿Jarro de agua fría para los católicos maximalistas? Yo he escuchado a algún fraile carmelita pedir y exigir a la Iglesia el dogma de María Co-Redentora.
Los dogmas marianos ya definidos son un pedrusco enorme en el camino ecuménico.
Los católicos hemos endiosado a María. Es tan ensalzada, alabada, rezada y peregrinada que quisiera eclipsar al mismísimo Jesucristo.
Francisco irritó a muchos católicos al negar categóricamente a María el título de Co-Redentora.
“San Bernardo nos decía que cuando hablamos de María nunca es suficiente la alabanza, los títulos de alabanza, pero no tocaban para nada ese humilde discipulado de ella. Discípula”.
“Porque María mestizó a Dios, verdadero Dios y verdadero hombre, en su hijo”.
¿Es Jesús mestizo? Para algunos esta afirmación papal si no es una herejía, es un gran error.
El DNA de Jesús de Nazaret no tiene no tiene nada de José ni de María. Si lo pudiéramos fisgonear nos llevaríamos una gran sorpresa. Ahora profesamos, fe ciega, que es cien por cien obra de Dios.
María no hizo nada, todo lo recibió, su papel fue y es más pasivo que activo.
María no es la protagonista, es una “extra” muy importante, pero una extra que no tiene que quitar nada a Jesucristo, verdadero y único protagonista de la Historia de la Salvación.
María es la mejor discípula.
La piedad cristiana, cúmulo de santuarios, imágenes, peregrinaciones, cantos y grandes sermones…sería poca cosa desnudada de las joyas, coronas, velas y lágrimas en las mejillas.
¿Necesita una mujer, una madre, una mestiza, ser convertida en una celebridad?
María fue convertida en una glamorosa celebridad, su calendario supera en eventos y en seguidores a cualquier celebridad de Hollywood.
Las extravagancias literarias de las “letanías de la grandeza”, -casa de oro, torre de marfil, estrella de la mañana… recitadas sin mucha reflexión y como entretenimiento espiritual, son fuegos artificiales que no dejan posos.
¿María bajo mínimos? Sería el descalabro de Wall Street, el mundo temblando, los inversores arruinados, los ahorros de una vida perdidos… En la piedad cristiana todo se puede perder, todo se puede rebajar, pero María nunca estará de rebajas.
José y María son los personajes más silenciosos de la Historia de la Salvación.
Su grandeza reside en su silencio, su Gran Silencio.
¿Hablar de María?, como dicen los ingleses the less said, the better.
P. Félix Jiménez Tutor, Escolapio