El Nuncio, un agente de Pastoral
El Papa Francisco no se conforma con que sus nuncios sean hábiles diplomáticos. Les pide ser testigos del Evangelio.
Es difícil imaginar a un Papa más alejado que Francisco de la tradiciones diplomáticas vaticanas. Y sin embargo, desde su elección, el actual Sucesor de Pedro ha dado gran relevancia a la política exterior de la Santa Sede. Es verdad que, simultáneamente, el Papa ha desplegado canales y estrategias más directas y menos convencionales para sus múltiples iniciativas de paz en el mundo, pero eso no le ha impedido apoyarse de forma decisiva en sus nuncios a la hora de intervenir en contextos extremadamente delicados como Siria, República Centroafricana, Colombia, Nicaragua o Venezuela, sin miedo a asumir importantes riesgos en cada uno de estos escenarios.
Francisco ha continuado de forma decidida la línea de sus predecesores que, especialmente desde Benedicto XV (el Papa que intentó evitar la I Guerra Mundial), adoptaron un enfoque mucho más amplio y coherente con la misión de la Iglesia en el mundo. La diplomacia vaticana, la más antigua y todavía una de las más prestigiosas, no es ya solo un instrumento para defender la libertad de acción de las Iglesias locales, sino principalmente una herramienta para favorecer la paz, la concordia entre los pueblos y los derechos humanos. Esto ha convertido a los últimos Papas en referentes morales a nivel mundial. Aunque a veces también en voces incómodas para los poderosos, como se ha podido comprobar a raíz del apoyo decidido del Papa a las cumbres mundiales sobre clima y las migraciones, o con motivo del próximo Sínodo del Amazonas, que se ha encontrado con la oposición por parte del Gobierno brasileño.
Desde esa perspectiva se entiende que Francisco haya recordado a los más de cien nuncios que convocó la pasada semana en el Vaticano que no se conforma con que sean hábiles diplomáticos de embajada. Espera de ellos que sean testigos del Evangelio, en contacto permanente con la gente y sin miedo a enfangarse en los problemas de cada lugar. Por ahí se espera que vayan también los cambios que afectan a la figura del nuncio en la reforma de la curia vaticana a punto de ver la luz. Es la evolución lógica en un proceso en el que, de forma creciente, los diplomáticos del Papa son también agentes de pastoral.
Alfa y Omega – Reflexión y Liberación