Noviembre 22, 2024

El Deber Cristiano, Contexto Global y la Praxis Latinoamérica

 El Deber Cristiano, Contexto Global y la Praxis Latinoamérica

El Deber Cristiano, una Revisión Filosófica.

¿Qué vida debe vivir el cristiano? Jesucristo lo dice de forma muy directa: amarlo es creer en él, creer en él es seguirlo, seguirlo es imitarlo e imitarlo es amarlo (Juan 2:6). Ser Buena Nueva, ser un discípulo de Cristo es buscarlo, para ello deberíamos comprenderlo en los puntos cardinales de la virtud moral de Aristóteles, vale decir, buscar y ser su fortaleza para enfrentar la adversidad, su templanza para reflexionar sobre ella, la prudencia para actuar y la justicia para concretar la Buena Nueva. Entonces nos preguntamos ¿qué es ser la Buena Nueva? Rápidamente podemos decir que es anunciar, vivir y profetizar su mensaje, el cual, para entenderlo realmente debemos adentrarnos en los profetas del antiguo testamento, en las palabras de Jesucristo y un análisis de la realidad capitalista (el nuevo paradigma).

A la llegada del Mesías, en especial a la llegada de su mensaje en los corazones de los pueblos (desde una perspectiva aterrizada: en su costumbre), el profeta Isaías dictamina el fin de la ley natural: “El lobo vivirá con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, novillo y león pacerán juntos, y en mucho será su pastor. La vaca pastará con el oso, sus crías se echarán juntas; el león comerá paja como el buey” (Isaías 11:6-7). Parece descabellado aquello, pues lo que esta ordenado naturalmente a no pasar ha de pasar, pero nosotros nunca lo hemos visto, al menos nunca de forma literal. ¿Ello implica que Jesucristo no es el Hijo de Dios? Pues claro que no, debemos desglosar el lenguaje metafórico, vale decir, abstraernos un poco, esta sentencia de Isaías no es más que un juego de palabras de la profecía de la justicia y la igualdad.

Empecemos por pensar que es la ley natural. Hesíodo en la Teogonía nos dice que en la naturaleza el más fuerte manda, ello es la ley natural (también llamada ley de la selva), pero Zeus no quiso eso para los hombres, y por ello mando a su hija, Nike (la justicia), a habitar entre estos para evitar que el más fuerte mande sobre los más débiles. Por ello es que Aristóteles hablaría de una justicia conmutativa que busque la igualdad entre las personas y la distributiva entre las personas que en la realidad son distintas (dinero, cargos, etc.), sin embargo estas nociones sacadas de las ecuaciones y la geometría respectivamente parecen distantes de la realidad. Los culpables de cohecho (como los exonerados de prisión de SQM), los terratenientes que han matado miles de campesinos en nuestra historia como humanidad, la esclavitud, el racismo, la pobreza y muchas otras injusticias nos parecen comunes, mucha gente ya ni cuestiona el orden económico actual. Por esto Tracimaco nos dirá, hace ya varios siglos, que la justicia no es nada más que la voluntad del más fuerte, por lo que parece que la ley de la naturaleza es la ley del hombre. Sin embargo basta recurrir al Aquinate, por ejemplo, para darse cuenta que no somos igual que los animales. ¿Entonces por qué la ley natural en la historia es la ley de las sociedades humanas? ¿Entonces Cristo vendría a romper la ley natural en que el hombre se ve encerrado?

La ley natural que nos habla Isaías es la misma que Hesíodo, pero como una metáfora para hablar lo mismo que nos señala Tracimaco, la ley natural de Isaías es la ley y orden de las sociedades donde el fuerte se sobrepone a los debiles. Por ende entendemos que la llegada del Mesías es la declaración de término de toda forma de vida deficitaria e injusticia, toda forma de dominación y violencia impropia sobre la dignidad de las personas. Pero es un término de Derecho, no de hechos, lo que diga el papel y la palabra ha de ser trasmitida y puesta en acción, es por ello es que en el Apocalipsis baja Jesucristo, como guerrero, pues es el momento de la “revelación” de llevar a la realidad finalmente la palabra. Esto no implica pasividad, todo lo contrario, ya veremos más adelante que la construcción del Reino de los Cielos recae en las y los creyentes, la venida del Jesucristo guerrero es una metáfora a la lucha final del bien y el mal para la edificación en términos de hecho el Derecho ya establecido por la profecía.

Sin embargo antes de seguir la naturalidad de la narrativa bíblica para poder decir cuál es el deber cristiano debemos partir de lo recién mencionado, el Jesucristo guerrero, el cual tiene un significado metafórico primordial para entender el deber de la Buena Nueva en la obra cristiana. Jesucristo viene a arrasar al Imperio Romano (Apocalipsis 19,11-19), pues si leemos desde una perspectiva metafóricamente nos damos cuenta que para el cristiano antiguo, Roma representaba la injusticia, injusticia que vive hasta nuestros días en manos de los nuevos imperios y de los ladrones que rigen el sistema económico actual que saquea el planeta y a todo lo que lo habita. Como una anécdota relevante, tenemos el relato de la injusticia en Roma en el testimonio del sacerdote cristiano Sabino en la obra del historiador Jacques Le Goff:

“Escuchemos a Sabino: Los pobres son despojados, las viudas gimen, los huérfanos son pisoteados, hasta tal punto que muchos entre ellos, comprendidas gentes de buen nacimiento y que han recibido una educación superior, se refugian entre los enemigos. Para no perecer bajo la persecución política, van a buscar entre los bárbaros la humanidad de los romanos, porque no pueden soportar más, entre los romanos, la inhumanidad de los bárbaros” [1].

Nos resulta interesante esa opción de Sabido que ignora y condena a los romanos -supuestamente más civilizados y con mejores estándares de vida-, para estar por los pueblos germanos. Esa perspectiva de extrañeza se da por renegar a Cristo y adorar a los nuevos ídolos, a los actuales becerros de oro y el orden. Ante esta premisa debemos entender la negación del evangelio en el mundo para poder tener una filosofía de la praxis cristiana para el nuevo paradigma del capitalismo en su etapa tardía o posmodernidad.

Como Pedro negó 3 veces a Jesús (Mateo 26:34), podemos ver como la humanidad lo ha negado 3 veces en un tipo de eterno retorno nietzschieano la verdad revelada. La sociedad actual ha negado la verdad revelada, en especial muchos cristianos al aceptar los 3 pilares inflexibles para el modelo productivo existente actualmente:

  • La sociedad niega profundamente el discurso de las bienaventuranzas y la profecía de justicia en Isaías y Ezequiel al fundarse en la producción por mecanismos sociales alienantes e injustos, pero irónicamente sin interés social, sino uno fundado en el pecado capital originario de todos los pecados, la avaricia o amor al dinero (Timoteo 6:10). Rosa Luxemburgo en su libro La Acumulación del Capital nos da un análisis que tristemente sigue vigente:

“En cualquier otra sociedad distinta de la sociedad capitalista, la producción se determina por las necesidades del consumo. Por el contrario, las necesidades sociales no constituyen en la sociedad capitalista el móvil del productor privado. Éste no tiene en cuenta sino la demanda de los que pueden pagar, y aún esta demanda no es para él sino un medio, el medio indispensable para realizar su plusvalía en dinero constante” [2].

  • En la misma espina dorsal del sistema jurídico y político subyace en sí mismo la mentira idolatrada por la vieja sabiduría conservadora afirmada por diversos filósofos desde Platón, pero esencialmente y después, Immanuel Kant, Edmund Burke, etc.

Sabemos que el origen de los códigos civiles es la ilusión de seguridad y amor irracional y enfermo a la propiedad de la burguesía, como también vemos en el derecho laboral un intrínseco amarillismo por mantener un equilibrio capital-trabajo por su origen fascistoide al provenir casi todo de la Carta del Lavoro de 1927. Sin embargo aquello es un problema de la teoría del derecho y de la praxis misma del jurista, hay que hilar de forma más superficial para ver lo degenerado de nuestra superestructura política jurídica, la que se edifica sobre el sistema económico en que vivimos, y ello implica decir que la base del sistema es la continua mentira para proteger el establishment del caos que puede genera saber la verdad de su profunda corrupción, cohechos, clientelismos, etc.

La noble fabula de Platón, la mentira cínica de los políticos, nos demuestra junto a los diversos hechos de corrupción destapados en Chile, Brasil y México que la visión clasista del marxismo del Estado [3] parece una realidad inminente que hay que aceptar. 

La negación máxima, la segunda negación del evangelio se ve cuando la sociedad capitalista no solo adora al demonio del dinero, sino al demonio del orden que siempre viene acompañado de la bestia de la mentira para mantener un sistema intrínsecamente injusto y brutal. Isaías bajo el alero de Dios ya advirtió a los poderosos de Judea, a los reyes y sacerdotes una vez, creo que sería bueno recordar lo que les dijo: “¡Ay de quienes dictan leyes injustas, de quienes firman decretos opresores, para impedir que se haga justicia a los débiles, para privar del derecho a los pobres de mi pueblo, para hacer de las viudas su presa y dedicarse al saqueo de huérfanos!” (Isaías 10: 1-2).

  • El otro pilar de este modelo impío radica en la apropiación individual de unos pocos por sobre la amplia mayoría de asalariados. La sociedad capitalista individualista toma el derecho natural de la propiedad y lo suscribe como la base fundamental de su Derecho, como el nuevo paradigma social, incluso parece como si el nuevo Dios de esta sociedad no fuera la ciencia como señalaría Nietzsche en Gaia Ciencia, por contrarío sería el mismo afán de acumular por acumular.

La propiedad privada se disfraza como algo universal y se utiliza como arma de guerra en la noble fabula para sustentar el orden como se dijo en el punto anterior, se asume que la búsqueda de redistribución de riquezas y socialización de la producción promulgadas desde el socialismo por ejemplo es el robo de las casas, cepillos de dientes, ropas, departamentos, etc.

La noción de propiedad liberal es la que los socialistas buscan abolir, no la noción naturalista originaria nacida ya en personajes como Santo Tomás, pues esta ya había sido superada por el liberalismo que derroto el Antiguo Régimen, pues plantea su visión ideológica utilizando el razonamiento del iusnaturalismo para poder edificar la noble fabula de un falso derecho universal que no tiene nada de universal.

La necesidad de asegurar la propiedad privada y la libertad entendida desde su perspectiva negativa: no te incumbas en mis problemas, son una necesidad básica para el ordenamiento del mundo a la naturaleza capitalista de abrir mercados [4], de mercantilizar y generar una sociedad en los marcos burgueses. Este simple principio hecho para unos pocos afortunados con propiedades es la declaración más latente del fin del homo convivalis, para pasar al homo economicus.

La propiedad debe tener, desde la perspectiva de Alberto Hurtado, dos funciones: satisfacer las necesidades del poseedor y tener una finalidad social de realizar el bien común [5]. Toda propiedad, desde la perspectiva cristiana, que no busque saciar las necesidades básicas y genere bien común, es pecado, es idolatría al dinero, avaricia pura que pone en riesgo la vida de los trabajadores, la naturaleza, la soberanía individual de los cuerpos y la popular (hoy bajo el alero de las naciones).

No es un Derecho Natural la propiedad privada de los medios de producción y por ende tampoco lo es el enriquecimiento sin límites de unos pocos a costa del trabajo, vale decir, del robo al esfuerzo de los desvalidos que no tuvieron la suerte de nacer con cuantiosas herencias o amistades poderosas como los Larraín o Yuraszeck. La sociedad niega al Cristo obrero y campesino, y la profecía de la justicia y la igualdad del evangelio al aceptar un sistema económico basado la injusta noción de propiedad liberal.

Tras este breve análisis al comparar la negación de Pedro del Maestro con la negación de la humanidad de su mensaje, podemos entender mejor porque Sabino opto por los germanos, por los esclavos y pobres, como también entendemos a cristianos más actuales como Bartolomé de las Casas u Oscar Romero. Ellos entendieron el evangelio, y como dice Santiago en sus cartas, tuvieron tanta fe que esta se materializa en verdaderas obras de justicia, que no son más que la opción preferencial por los pobres y la lucha hasta la última gota de sudor y sangre por los mismos. Vale la pena recordar las palabras de Santiago, para que entre tantos fariseos y falsos profetas dentro de las iglesias vean la verdad:

“¿De qué sirve a uno, hermanos míos, alardear de fe, si carece de obras? ¿Podrá salvarlo esa fe? Imagínese el caso de un hermano o una hermana que andan mal vestidos y faltos del sustento diario. Si acuden a ustedes y ustedes les dicen: <Dios los ampare, hermanos; que encuentren con qué abrigarse y con qué matar el hambre>, pero no les dan nada para remediar su necesidad corporal, ¿de qué les servirán sus palabras? Así es la fe: si no produce obras, está muerta en su raíz” (Santiago 2:14-17).

Y es aquí donde entendemos la misión de la Buena Nueva; ser y dar vida, ser esperanza y construirla para superar las formas de vida deficitarias, aun con toda la composición ideológica de la vil sociedad actual donde todo parece ser una mercancía y la subsistencia personal se mide en lo material o el poder adquisitivo -una composición ideologica empalagosa que oculta la explotación y la violencia que la gente debe vivir; las deudas eternas, la carencia de seguridad, la inexistencia de espacios verdes, sueldos indignos, salud segregada, incapacidad de auto determinarse, carencia de posibilidades de desarrollar la fortaleza para seguir el camino de la realización personal a la que nos condena la economía capitalista-.

Ahora continuando con la lectura bíblica debemos derribar la falsa ley natural, la injusta ley positiva y el abuso de los lobos y tigres. Para ello es que debemos enfrentar las lecturas bíblicas sometedoras y esclavistas de algunos sacerdotes, para ello debemos entender que fue la palabra de Cristo, cual es la verdadera ley de Dios. Jesús decía a la gente que lo escuchaba: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17), Jesús vino a enseñarnos la verdadera voluntad del Padre, no la voluntad de los poderosos y ladrones que echo del templo (Marcos 11:15-18) y condeno a no ir al reino de los cielos (Marcos 10:25). Pero seamos meticulosos, para entender esto bien debemos entenderlo de forma etimológica: <No vine a abrogar la ley> viene del griego Katalúo que significa derribar o destruir, mientras <sino cumplir> viene del hebreo Lekaiem que significa enseñarles el significado correcto y del griego Pleroó que significa completar o llevar a plenitud

Nos damos cuenta rápidamente que el verdadero significado de la ley no es la ley natural de los animales de la Teogonía, como tampoco es la voluntad de los poderosos como dice Tracimaco –que es lo que acontece hoy en día-, la verdadera ley de Dios es la justicia social, la igualdad. Alberto Hurtado, santo católico, decía de forma muy acertada en Humanismo Social: “Todos los hombres somos hermanos, hijos de una misma Iglesia, miembros de un mismo cuerpo, cuya cabeza es Cristo y participantes de esta vida que de Él desciende”, algo que implica la radical comunicación de la perfección de Cristo, el amor profundo por el prójimo, que no implica otra cosa que desear el bien y dar la vida por este, comunicación de perfección que se traduce en una opción preferencial por los y las oprimidas. El mismo Alberto Hurtado al respecto continuaría: “El Hijo de Dios al descender del cielo a la Tierra se hizo como uno de los obreros, más semejantes en su condiciones de vida a ellos que a mí. Quien a los pobres desprecia, a Cristo desprecia” [6]. La verdadera ley, la ley divina es la solidaridad, el comunitarismo, la justicia social y la igualdad.

El acto de comunicación, de la creación al sacrificio máximo del Jesús perseguido y torturado por los poderosos, del Jesús obrero y campesino, comunica de forma obligatoria un amor por los explotados y las explotadas que nos comanda a la lucha social. Queda más que claro que quienes dan malos sueldos, quienes mantienen las guerras, quienes dirigen la economía del hambre capitalista no son cristianos. Y más radical aun es que la misión y el deber cristiano es uno solo, palpable de forma literal dentro del Evangelio, en las palabras de la madre de Jesús, la Virgen María: “Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos” (Lucas 1:52-53).

El Contexto Global. ¿Qué Pasa en Nuestro Mundo?

A la entrada del siglo XXI vemos un cambio radical del viejo esquema político polarizado en la Guerra Fría, ese cambio Fukuyama lo llamo el fin de la historia, la izquierda siguió la antes ridícula teoría de la Tercera Vía de Anthony Giddens, vale decir, se acabaron los grandes relatos de cambios y la justicia social ya no es un principio rector en la lucha social, sino un fin que no es alcanzable pero que se apunta para llegar en medida que el mismo sistema capitalista lo permita [7]. Esto parecía una realidad inevitable con la caída del muro de Berlín y el colapso de la URSS como sistema alternativo, sin embargo no llego a acontecer el sueño ilustrador del liberalismo, la visión kantiana de la ilustración [8] fue un sueño abortado en el proyecto de sociedad burgués en que nos vemos sumergidos, por el contrario a lo pensado por los liberales clásicos vivimos en un mundo con pocas libertades, pocas oportunidades, poca diversidad, etc.

La libertad en sus términos negativos ya no existe, hasta nuestra vida privada es víctima de continuo espionaje por parte de agencias de inteligencia [9], mientras la libertad en su aspecto positivo, la capacidad de poder hacer lo que podamos como personas en comunidad, parece ser un derecho garantizado en el papel de las constituciones, pero como el derecho a propiedad o la libre expresión, resulta ser para unos pocos. Por su parte la globalización no vino a ser una universalización de todas las culturas armoniosas que conviven y superar los genocidios de los siglos XVIII, XIX y XX, por el contrario es la supremacía absoluta de la cultura occidental sin su tinte medieval o ilustrador, solo un enjambre de mercantilización de la vida y posmodernidad que duda de todo para hacer cualquier barbarie valida.

Peter Sloterdijk nos demuestra aquello en su libro En el Mundo Interior del Capital, la globalización es un sistema que partió desde sus inicios con el desarrollo del libre mercado y su natural expansión global para ser un tipo de Maelstrom ubicado en los grandes países del capital (que a la vez son los países imperialistas y más desarrollados por la misma razón), donde toda la cultura global es absorbida para ser vendida: marcas de ropa que ultrajan las culturas de los indígenas de nuestra América Latina, comerciales de McDonald’s donde se muestran tribus africanas, etc. También donde lo emocional queda reducido a la percepción de vida europea, blanca y burguesa, donde los comerciales ya no te venden productos, sino emociones: toma Coca Cola y se feliz, cómprate un perfume caro y ven a nadar desnudo con músculos y muchas mujeres sumisas, tomate un café de 15 dólares (que no cuesta más de 1 o 2 dólares hacerlo) para tener estatus y ser alguien importante, etc. Y como olvidar la típica relación de saqueo que el sistema capitalista realiza con el Tercer Mundo, un comercio injusto que los mentirosos liberales lo sustentan con la mentira de las ventajas comparativas, donde el monopolio y monopsonio de los grandes capitales europeos definen el valor, la cantidad y la producción de los países miserables de África y América Latina, el libre mercado no tiene nada de libre ni absolutamente ninguna verdadera competencia entre los grandes capitales. En consecuencia, en palabras de  Sloterdijk: “el espacio interior de mundo del capital no es un ágora ni una feria de ventas al aire libre, sino un invernadero que ha arrastrado hacia dentro todo lo que antes era exterior” [10].

Por el contrario del sueño liberal, la realidad burguesa ha creado una sociedad brutalmente injusta, que para el ojo de muchos privilegiados de las nuevas capas medias esta mejor que nunca, pero estos a su vez sufren la peor de las humillaciones, vivir siendo carceleros y prisioneros de sí mismos, no existe algo más humillante que auto explotarte y no entenderlo, este es el nuevo paradigma de las clases medias, vale decir: ya no trabajas para vivir, vives para trabajar. Esto es el mito de Prometeo vuelto una realidad, como Prometeo se enfrentó a los dioses griegos, las capas medias (pequeño burguesía en la nomenclatura marxista) se enfrentaron a la injusticia social del siglo XX [11]; los profesionales que se rebelaron a Mussolini, los profesionales que ayudaron a la revolución en Guatemala y sustentaron al modernizador gobierno de Jacobo Arbenz, los profesores y estudiantes privilegiados que se adentraron a la selva de Nicaragua para enseñar a leer a los campesinos durante la gloria de la Revolución Sandinista, y podemos seguir y seguir los ejemplos pasando por Vietnam con Ho Chi Minh a Estados Unidos con el importante rol de la clase media católica y bautista que se enfrentó al racismo y la desigualdad. Como Prometeo fue castigado con un encadenamiento para ser devorados por un águila todos los días, la clase media recibió lo suyo creando generaciones indolentes, individualistas y obsesionadas con el consumo (millennials, generación x, z, etc.), brutalmente deprimidas, con enormes problemas sexuales y sociales. Para entender mejor la comparación hay que decir que Prometeo es el individuo de la clase media y el águila es su relación consigo mismo.

En la realidad, el sujeto de la clase media no es privilegiado, sino es uno de rendimiento, rinde para sustentar una vida negada por su pasado obrero o campesino, que es altamente costosa y le implica cuantiosas deudas [12], y sobre todo rinde porque es su deber, él se construye a si mismo desde la propaganda del capitalismo tardío o posmodernidad que ignora el carácter de comunicativo del ser humano para poder constituirse [13], por el contrario demuestra el culto al individualismo y a la propiedad propio de la burguesía pero en aquellos donde su propiedad depende de un esfuerzo absurdo. Estas personas del rendimiento se ven con la lucha interna con su álter ego, el agila, por un esfuerzo inimaginable que termine siempre en relaciones de depresión, vicios, dobles (o tiples) vidas y necesidades inventadas por la sociedad de la apariencia actual. Vale decir en esta realidad de la auto explotación vemos la sociedad del cansancio en su máximo esplendor [14].

Por esta forma de vida enfermiza es que bajo la ilusión del sueño liberal, la fábula noble del establishment, se empieza a desmoronar. Los pobres volvieron a salir a reclamar por sus derechos, los privilegiados autoexplotados se están suicidando en Japón, marchando por consignas particulares (muy influenciadas por el individualismo e indolencia propia de ellos) en todo el mundo hablando de ecologismo, educación y animalismo, los bipartidismos nacidos por la Tercera Vía y el centrismo radical se derrumbar en un mundo polarizado donde incluso ha vuelto a surgir el tercerposicionismo filo-fascista, etc. Más que el fin de la historia de Fukuyama, podemos decir que la historia se repite por segunda vez pero de una forma más sucia y obscena, donde pocos dan el ancho y parece que el virus del individualismo ha afectado hasta las luchas colectivas. La democracia liberal peligra, el sistema capitalista reproduce sus riquezas de formas vertiginosas pero distribuye de la forma más ineficiente, las condiciones laborales se precarizan sin cesar y los conflictos armados, sociales y económicos parecen a la vuelta de la esquina.

¿Cuál es la Praxis Cristiana Hoy en Latinoamérica?

Partiendo de dos conclusiones sacadas de la lectura bíblica en la primera parte de este cuerpo teórico nos damos cuenta que en el deber cristiano se hayan intrínsecamente tres cosas:

  1. Una obligación en la obra, vale decir, no pueden haber cristianos pasivos o callados, solo cristianos militantes de duro trabajo y sacrificio diario.
  2. La lucha cristiana, en la vida personal y el rol apostólico social es la Buena Nueva, es llevar la palabra del evangelio, vale decir, la profecía de la igualdad y justicia (el fin de la ley natural) a la cotidianeidad de la vida. De forma sencilla, construir el Reino de los Cielos.
  3. El sacrificio trascendental, que conlleva a la muerte física, pues el cristianismo es una religión de mártires y torturados, nuestro destino es el anunciado (Mateo 24:9), la persecución y asesinato. Nuestra vida es un parte efímera de lucha por la justicia, que si de hacerla bien, los poderosos, los ricos y las fuerzas reaccionarias nos asesinaran como a Oscar Romero o perseguirán como a Clotario Blest.

Bajo estas premisas nos damos cuenta de algo trágico, nuestra vida es ser soldados (cual Compañía de Jesús) por la construcción de una sociedad que posiblemente no seamos testigos,  pero como sabemos el Reino de los Cielos será de los que fueron, son y serán, pues el que tiene fe en Cristo, aunque esté muerto, vivirá.

Entonces podemos decir que los y las cristianas, por las características intrínsecas a nuestra fe tenemos 3 puntos rectores de nuestra filosofía de la praxis:

  1. No somos vanguardia, no somos la herramienta del pueblo que conquistará el poder en nombre del mismo para poder administrar la nación en pos de la sociedad nueva e indicaremos el nuevo rumbo como fanáticos predicando la sociedad que deseamos. Por el contrario, no somos una vanguardia en su sentido más leninista o demócrata cristiano, somos una fuerza social de servicio, somos la herramienta de Cristo (sus apóstoles) que viene a constituir la profundización democrática en la vida política, social y cultural del pueblo hasta que toda forma de vida deficitaria y dominación sea superada.
  2. Nuestro trabajo se distancia de la noción acaparadora de la política maquiavélica que busca tener todo bajo control, la visión marxista ortodoxa o conservadora del siglo XIX, por el contrario la palabra es espíritu santo y por lo tanto es fuego que convence las almas. Vale decir somos agentes de cambio superestructural, en nomenclatura de Antonio Gramsci seríamos Príncipes Modernos que disputan la Hegemonía Cultural para desarrollar al hombre novi y la nueva sociedad. Nos involucramos en el mundo campesino, obrero, poblacional, indígena y otros, para constituir desde ahí la conciencia de clases o la noción de justicia del evangelio y la vida comunitaria, para así superar la sociedad capitalista en su etapa tardía y toda forma de opresión.
  3. Como se puede deducir del punto anterior somos la punta de la lanza en la lucha social, no somos electoralistas demócrata burgueses o juridicistas como el marxismo revisionista [15], vale decir, nuestra opción preferencial por los oprimidos nos llevan a estar donde el barro mancha los pies y no donde las corbatas y ternos abundan. Nuestra posición política en términos de sujetos revolucionarios esta donde están las y los marginados, los pobres y explotados, en las poblaciones.

Tras tener esto claro es que podemos ahora dilucidar dentro de los proyectos sociales de nuestra Latinoamérica un análisis sobre lo que debemos hacer directamente.

Desde la mitad más reciente de la Guerra Fría hasta nuestros días el continente latinoamericano vivió, por así decirlo, tres ciclos. Primero las dictaduras militares que fueron una respuesta al embate de la lucha de clases y al intervencionismo provocado por la geopolítica de aquel entonces. Estas instauraron a la fuerza la injusticia, pero solo en Chile construyeron un sistema neoliberal efectivo y extremadamente radical, que a pesar de muchas reformas se mantiene. Por otro lado ese sistema se instaló en democracia a través de los líderes mesiánicos de finales de los 80 y principio de los 90, dando lugar al segundo ciclo, entre aquellos personajes se encuentra Collor, Menem o Caldera, todos cayeron, pues como señalo Orlando Letelier aquel sistema neoliberal era imposible implantar sin el autoritarismo (siguiendo una línea histórica, tampoco el capitalismo va de la mano a la democracia, eso es una falacia de occidente). Estos gobiernos llevaron al pueblo por inercia a los denominados “gobiernos democráticos-populares”, el tercer ciclo que finalizo tras la caída en general de la izquierda en América Latina [16].

La caída de los procesos políticos y sociales de este tercer ciclo deben ser analizados desde sus trágicos errores para poder decir que posiciones toma el cristiano fundamentadas en los 3 puntos intrínsecos del deber cristiano y los 3 puntos rectores de nuestra filosofía de la praxis. Los errores generales de donde nosotros podemos sacar conclusiones se hayan en dos extremos, uno es el caso del intento de democracia participativa con votos vinculantes de la gente común en Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez y otro es la profundización demócrata burguesas, al puro estilo demócrata cristiano de la Revolución en Libertad, en países como Brasil o Ecuador.

En el caso del chavismo hay que reconocerle que fue capaz, sin fundarse en grandes libros de teóricos europeos, de leer bien la caída del Socialismo Real (los regímenes mal llamados comunistas), Chávez entendió que la política de vanguardia y el ideario centralizador del estalinismo es nefasto y llegó acertadamente a la idea de la participación política, en cambiar la superestructura cultural y jurídica rompiendo las líneas tradicionales de la democracia burguesa y la jerarquización centralizada de la discusión patriarcal. Pero aquella solución fue hecha como todo en Latinoamérica, de forma mediocre, pues la izquierda chavista no se ha dado el tiempo si quiera de organizar y politizar al pueblo mismo en una perspectiva autogestionaria o de costumbre. Por el contrario se creó un discurso nacional para encantar a las masas y en el poder se llamó al poder popular mediante plebiscitos bajo lógicas clientelistas: ¿quiere esto? Pues vote por mí, una lógica de una economía de intercambio tradicional.

En el caso del bonito proceso del Partido dos Trabalhadores en Brasil y de la Revolución Ciudadana de Ecuador, ambas con una profunda inspiración cristiana, cometieron el trágico error del emprendimiento en la europeización de nuestro continente, intentaron imitar el estándar europeo para generar una sociedad justa y menos corrupta. Lamentablemente queda más que claro que el intento de profundización democrática desde la perspectiva liberal burguesa solo conlleva a profundizar la corrupción y la carencia de equidad en el sistema político, que termina afectando todo aspecto de la vida.

Al llegar al poder, en un noble intento desde mi perspectiva, el PT intento mantener el equilibrio institucional en un país inestable (por decirlo de forma suave), y es en ese intento que durante los 90, cuando se conquistó por primera vez cargos, fue que inicio su burocratización y adaptamiento al mismo sistema que deseaban cambiar, por algo natural en la política sin autoritarismo o formación política, la simple inercia. La teología de la liberación y el socialismo democrático pasaron a ser simples líneas discursivas y principios para muchos, pues los limites demócrata burgueses no dan para llevar a cabo cambios radicales, por el contrario es un sistema que corrompe (en especial cuando se concentra el poder en pocas manos), no olvidar que fue el mismo PT que pacto con la derecha, en especifico el PMDB, que irónicamente luego le tendió una trampa: el injusto y nada justificado impeachment [17]. El caso de Ecuador es similar pero de una ironía mayor, en el corte de reforzamiento institucional se designa, casi a dedo, a Lenin Moreno, quien ahora es el artífice de la misma caída de la dignidad de su pueblo.

Estos análisis reducidos en solo 3 países, pero muy profundo a su vez, nos dan 5 perspectivas de la praxis misma para las y los cristianos en Latinoamérica:

  1. La representación política del cristianismo no se puede dar en organizaciones que no tengan los principios intrínsecos del deber cristiano o los puntos de la filosofía de la praxis cristiana. De lo contrario simplemente quedara Cristo como una figura amable pero su palabra no se llevará acabo. Por ello es que deben existir organizaciones partidarias que representen a las y los cristianos militantes, para llevar a estos a un proceso mayor de lucha por la emancipación social y a su vez asegurar el éxito a largo plazo de todo proceso revolucionario al cambiar la costumbre y preparar realmente el poder popular. Deben surgir Izquierdas Cristianas por todo el continente.
  2. Los cristianos deben saber diferenciar al enemigo del pueblo con su amigo, a los corruptos condenarlos y a los buenos aceptarlos aunque se equivoquen; Dilma Rousseff, Lula da Silva, Rafael Correa o la asesinada Marielle Franco son amigas y amigos del pueblo. Sin embargo, nosotros no seguimos más figura que Cristo, por lo que el caudillismo es inaceptable, sumado a que políticamente todo proceso caudillista se derrumba con la muerte del caudillo, véase por ejemplo la crisis en Venezuela tras la muerte de Hugo Chavez. Entonces nosotros los cristianos en nuestro principio de ser punta de lanza en la lucha social y nuestra opción preferencial por los oprimidos es que construimos eternas generaciones de líderes y lideresas, todo el pueblo debe ser un líder en potencia para una sociedad distinta, tenemos un rol de formar para generar autogestión y poder popular en la gente común para superar el problema del caudillismo y la burocracia típica de Latinoamérica.
  3. Otro perspectiva es la de construir sin parar y en toda condición política nacional el poder popular; a empoderar al laicado dentro de la iglesia, a empoderar a los campesinos, obreros y desempleados. Ello con el único objetivo de constituir un cambio radical en la vida comunitaria en los lugares más vulnerables para construir Buen Vivir y constituir una fuerza social única que está capacitada para pelear por su dignidad y poder administrarla exitosamente.
  4. La ruta eurocéntrica del paradigma demócrata liberal de Walter W. Rostow en su famoso libro Las Etapas del Crecimiento Económico son un camino que es resultado de circunstancias históricas que no pueden repetirse en nuestro continente, como señala Schweinitz Jr. En 1964 “la ruta <euro-norteamericana> hacia la democracia (liberal) esta clausurada”. Ello implica que nosotros los cristianos no buscamos la profundización democrática de los ojos de la Democracia Cristiana chilena durante el siglo XX, la cual fue súper importante y respetable por cierto, por el contrario el camino es el de la Izquierda Cristiana chilena, que planteó el poder popular directamente en los hechos y propuso un cambio del sistema en el Derecho, de lo cual vale la pena recordar a Arturo Riveros Blanco, primer gobernador (en Constitución) de Chile electo por poder popular.
  5. No existe revolución cristiana, solo hay una, llámenla como deseen; revolución popular, socialista o comunitaria, son las mismas y apuntan al mismo objetivo, así lo entendía el gran humanista cristiano Radimiro Tomic o el ex presidente de la JDC Ricardo Hormazábal al proponer la primordial idea de la Unidad Política y Social del Pueblo. Nosotros debemos unir o participar en la unión de todas las fuerzas sociales que busquen la justicia social y la transformación radical de la sociedad, para así superar todas las formas de violencia y dominación.

Alonso Ignacio Salinas García.

Coordinador Coordinación Nacional de Juventudes de la Izquierda Cristiana

Columnista de “Reflexión y Liberación” y “Redes Cristianas”

Estudiante de Derecho PUC.

Bibliografía Citada:

[1] Le Goff, Jacques (1994): La Civilización de Occidente Medieval (Barcelona: Editorial Juventud), p. 38.

[2] Luxemburgo, Rosa (2007): La Acumulación del Capital (Argentina: Terramar Ediciones), p. 18.

[3] “El gobierno del Estado actual no es más que el Consejo de administración que roge los intereses colectivos de la burguesía”. Marx, Karl (2014): Manifiesto del Partido Comunista (España: Plutón Ediciones), p. 74.

[4] óp. cit., p. 76.

[5] Hurtado, Alberto (2004): Humanismo Social (4ta Edición, Santiago: Gabriela Meza), p. 114.

[6] óp. cit., p. 65.

[7] Regalado, Roberto (2011): Socialismo, Socialdemocracia y Comunismo (1ra Edición, Querétaro: Ocean Sur), p. 14.

[8] Kant dijo en un ensayo suyo que la “Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad”, que era el momento de la razón, donde la virtud de la misma conllevaría a los hombres a su grandeza y a la “paz perpetua” en términos sociales como en las relaciones entre las naciones. Supuestamente el valor de la fortaleza y la búsqueda del conocimiento regirían la sociedad bajo la ilustración. Kant, E. (2015). ¿Qué es la Ilustración?. En Ímaz, E. (Edit. Y trad.), Filosofía de la Historia (México: Fondo de Cultura Económica), pp. 25-27.

[9] Apenas basta con leer la información desclasificada por Edward Snowden o la famosa página de Wikileaks. Llega a ser insólito que incluso usen las supuestas nuevas libertades y formas de interacción social creadas en este siglo como mecanismos de control social: http://www.elmundo.es/america/2013/06/07/estados_unidos/1370577062.html

[10] Sloterdijk, Peter (2010): En el Mundo Interior del Capital (trad. De Isidoro Reguera, Madrid: Siruela), p. 30.

[11] Marx mismo afirmaría que son los pequeños burgueses como clase de transición entre burgués y proletario la encargada de iniciar la guía al pueblo, será por sus recursos intelectuales y privilegios culturales, pero es esta la que debe entregarse de lleno a la búsqueda de la justicia social junto al pueblo. Marx, Karl (2010): El 18 Brumario de Luis Bonaparte (Argentina: Longseller), pp. 81-82.

[12] En el caso chileno, el más endeudado de Latinoamérica, 4 pesos de cada 10 que se ganan se destinan para pagar deudas.

http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2017/10/12/en-algo-somos-campeones-ranking-revela-que-chilenos-somos-los-mas-endeudados-de-latinoamerica/ http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/03/28/el-brutal-endeudamiento-de-los-chilenos-y-la-desposesion-salarial/

[13] Lo que no implica caer en el otro extremo de Jean Galot al decir: “Según la analogía fundamental, si el constitutivo formal de la persona en Dios es la relación, se debe esperar que en el hombre, igualmente, la relación constituya formalmente la persona”. Galot, Jean (1971): La Persona de Cristo (Citadella Editrice), p. 37.

[14] Han, Byung-Chul (2016): La Sociedad del Cansancio (Trad. Arantzazu Saratxaga Arregi, Madrid: Herder), pp. 9 y 10.

[15] Es la idea que el socialismo debía llegar de otra manera, desde la: autonomía del poder político a la situación económica. Bernstein, Edduard (1978). Evolutionary Socialism (New York), p. 15-16.

[16] Salinas, Alonso (2018) “Porque la Izquierda Latinoamericana está Fracasando. Una Reflexión para una solución”. Disponible en: http://www.redescristianas.net/porque-la-izquierda-latinoamericana-esta-fracasando-una-reflexion-para-una-solucionalonso-ignacio-salinas-garcia/. Fecha de consulta: 29 de julio de 2018.

[17] https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160411_brasil_impeachment_acusacion_contra_rousseff_gl

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