Saludo al Día Internacional del Trabajo 2018
PARROQUIA SAN PEDRO Y SAN PABLO
La Iglesia se hace presente en el día de los trabajadores poniendo la fiesta de San José Obrero
Nuestra Parroquia San Pedro y San Pablo saluda a los trabajadores. Lo hace celebrando esta misa. Como trabajadores y trabajadoras nos sentamos a la mesa junto a Jesús.
La palabra que acompaña la vida de todo trabajador, desde siempre, es la palabra injusticia.
Es cierto que en el trabajador hay verdad, amor, creatividad, belleza, arte, sabiduría, aporte imprescindible a la sociedad. No podemos dar un paso sin palpar el aporte de un trabajador anónimo. El trabajador se sabe digno, indispensable para la sociedad. Legítimamente orgulloso de su aporte al bien común.
Esta dimensión positiva está presente en esta conmemoración, sin duda. Cada trabajador puede sentirse bien y guardar en su corazón la serena alegría de los justos, porque cada uno hace su aporte al bien común de todos. Aquí incluyo a todo trabajador y trabajadora, al más humilde y al más calificado. Trabajador esporádico, por cuenta propia, con contrato o sin contrato, dueña de casa, trabajador del estado, auxiliar, chofer, costura, profesional, ….
Sin embargo, lo común al trabajador es padecer injusticia, abuso de autoridad, desprotección legal o peor leyes injustas que lo perjudican. El orden actual, las leyes laborales y su aplicación son insuficientes para que el trabajador tenga una relación justa con el empleador sea uno mismo si es trabajador por cuenta propia, la empresa privada o el estado. Solo pensar en el sueldo mínimo parametro para el ahorro previsional, no está equilibrado de acuerdo con el desarrollo económico del país. La lentitud e ineficacia de los tribunales del trabajo cuando un trabajador se atreve a denunciar un abuso.
La manera de avanzar para que en el mundo del trabajo es la organización de los trabajadores y su principal herramienta es el sindicato. Sin esta herramienta el trabajador esta a merced de la buena voluntad del empleador.
Hoy se bendecirán las herramientas de trabajo, las principales son las manos, la inteligencia, las habilidades de cada uno, las herramientas físicas extensiones de nuestro cuerpo: pala, desatornillador, aguja, palillo, olla máquinas de todo tipo, …. Etc. Eso está muy bien es fiesta, “Dios con nosotros nos bendice”. Alguno solo querrá eso, ser feliz un momento al ser bendecido por el Señor.
Pero la realidad del trabajador es dura y al lado de esta bendición esta la solidaridad de Dios con los padecimientos de los trabajadores por causa del atropello de su dignidad y sus derechos en beneficio del capital, de los objetivos de la empresa que son la producción y la ganancia.
Esta conmemoración es un llamado a organizarse como trabajador y trabajadora, para que las relaciones con la empresa sean justas y se respete los derechos de los trabajadores.
El trabajador y trabajadora a tenido que levantarse del suelo. Comienza sin tener ningún derecho trabajar de sol a sol, con sueldos de hambre.
En Chile las condiciones de los trabajadores en las salitreras, en las minas de carbón, o la esclavitud de las empleadas domésticas. Los derechos que tienen hoy los trabajadores y las leyes que los salvaguardan han sido fruto de luchas sociales de los trabajadores organizados en sindicatos. Y muchas veces los avances han sido a costa de la sangre de muchos trabajadores.
Hoy rendimos un homenaje a los grandes líderes sindicales y a los trabajadores que todos los días asumen la defensa de los derechos de los trabajadores en su frente laboral. A cada trabajador y cada trabajadora que da el paso y se sindicaliza, se atreve a formar parte de un sindicato
Cada uno de nosotros es artesano de vida digna. Es necesario despertar nuestra responsabilidad social por un trabajo digno, un trato digno, una remuneración que nos permita cubrir nuestras necesidades. Decir día del trabajo es decir responsabilidad social y organización para defender los derechos del trabajador, que inevitablemente siempre son postergados.Para concluir miremos a Jesús trabajador carpintero, hijo de José, carpintero y de María, señora de los pañales y las ollas, discípula de Cristo, madre y maestra de hombres y mujeres seguidoras de Cristo.
Dice Jesús: “mi Padre trabaja, yo también trabajo” Jn 5,17.
Así también nosotros trabajemos uniendo fuerzas por la dignidad del trabajador y trabajadora.
Viva los trabajadores y las trabajadoras de la patria.
Viva el trabajador organizado que lucha por un salario justo y un trato digno.
Viva la Iglesia al lado de los trabajadores. Al alba, resucitarán las manos heridas y serán de nuevo manos de alfarero que moldean a Chile solidariamente, digna y democráticamente. Alegres manos libres de trabajadores libres.
Terminamos con la esperanza de un futuro mejor con las palabras del P. Esteban Gumucio:
Al alba,
resucitarán las manos heridas
y serán de nuevo
manos de alfarero
que moldean a Chile
solidariamente, digna
y democráticamente.
Alegres manos libres
de trabajadores libres.
Mario Soto Medel, ss. cc.
Parroquia San Pedro y San Pablo, 1° de mayo 2017
Santiago de Chile
P. Esteban Gumucio Vives, ss.cc.