EL Papa no nos escuchó, el Cardenal O’Malley sí
El Cardenal Sean O’Malley, OFM, Cap, Arzobispo de Boston y ex Presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, emitió un comunicado el 20 de enero tras las declaraciones del Papa Francisco sobre las acusaciones de encubrimiento de abusos en contra del Obispo de Osorno Juan Barros Madrid. El Cardenal capuchino llegó a Lima antes del retorno del Papa a Roma, según lo confirma la Sociedad Misionera de Santiago Apóstol en Perú.
El 18 de enero, antes de la Misa que presidió en Iquique, el Papa Bergoglio señaló que: “El día que me traigan una prueba contra el Obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia ¿Está claro?”.
En su comunicado, el Cardenal O’Malley indicó que “es comprensible que las declaraciones del Papa Francisco en Santiago de Chile han sido motivo de gran dolor para los sobrevivientes de abusos sexuales cometidos por el clero o algún otro perpetrador…Las palabras que llevan el mensaje ‘si no puedes probar tus acusaciones entonces no se te va a creer’, abandonan a aquellos que sufren reprensibles violaciones criminales de su dignidad humana y relegan a los sobrevivientes a un exilio desacreditado”.
El Cardenal señaló que no conoce personalmente los hechos sobre los que opinó el Santo Padre, pero lo que sí sabe es que “el Papa Francisco reconoce plenamente las grandes fallas de la Iglesia y el clero que ha abusado de los niños generando un impacto devastador en los sobrevivientes y sus seres queridos”.
Ante estos hechos la Comunidad de Laicos y Laicas de Osorno señalamos:
1.- El duro juicio de Papa Francisco emitido en Iquique ha causado desconcierto, frustración y dolor en medio de una feligresía ya impactada por los reiterados casos de abuso sexual y encubrimiento de los hechos criminales denunciados en todo el mundo.
2.- Hoy, es claro que el “Caso Barros” tiñó la visita apostólica de Francisco. Dando cuenta de que la ciudadanía chilena no acepta ni quiere más abusos y que estos escándalos queden en la impunidad.
3.- Muchos pensamos –de buena fe- que esta visita papal sería un momento de reencuentro, de diálogo y de poder explicar nuestra oposición a que el Obispo Juan Barros permanezca como titular en nuestra Diócesis de Osorno.
4.- Abrigábamos la esperanza de que el Papa se disculpará por sus agravios públicos a toda la Comunidad de Osorno. Fue él quien nos catalogó de “tontos” y de “zurdos”. No fue así, muy por el contrario, ahora nos trató de calumniadores. Esto es doloroso y una ofensa muy grave.
5.- La prensa internacional no puede creer que el Obispo Juan Barros que por años vivió con Fernando Karadima en la intimidad de su casa, no viera ni supiera nada de los graves atentados sexuales que este sacerdote abusador practicó en contra de jóvenes estudiantes y seminaristas. Por estas conductas reiteradas la Santa Sede encontró culpable a Karadima y lo condenó canónicamente.
6.- Ante esta serie de situaciones anómalas que arrastran a toda la Iglesia, a nosotros como Pueblo de Dios, nos parece que se aproxima la hora en que el Obispo Barros presente la renuncia al Papa. Esta es la única forma de detener esta herida abierta en la Iglesia chilena y una forma de cerrar de buena manera esta tragedia no querida ni por el clero ni por las comunidades osorninas.
7.- Hemos de señalar que la presencia del Obispo Barros en las misas junto al Papa, fue del todo una actitud inadecuada y temeraria. Inadecuada, porque es motivo de irritación y no de unidad. Y, temeraria porque expuso al Papa y a los obispos a un reproche internacional, por lo complejo de su mala imagen, por estar vinculado como encubridor de abusos sexuales. Esta lacra tiene un alto impacto en la sociedad que no siempre ve la justicia.
8.- Como Comunidad Laical y acompañados en estos días de tensión y polémica por un sinnúmero de personas, organizaciones y Comunidades Cristianas, expresamos nuestro sincero agradecimiento al Cardenal Sean O’Malley, que tiene un liderazgo indiscutido en la Conferencia Nacional de Obispos de los Estados Unidos, por sus palabras de acogida, comprensión y auténtica misericordia para con todas las víctimas de abusos sexuales cometidas por clérigos católicos en el mundo.
Finalmente, consideramos que lo primero que hay que hacer es dialogar en serio para buscar una salida al dramático “Caso Barros” y de esta forma producir el cambio que todos esperamos. Una vez logrado este justo anhelo, volverá la normalidad, la unidad eclesial y la paz. Esto pasará, indeclinablemente, cuando el Obispo Juan Barros Madrid presente su renuncia al Papa Francisco. De no ser así, la herida seguirá sangrando y salpicando no solo a la Iglesia Católica en Chile.
Mario Vargas Vidal Danilo Andrade Barrientos
Vocero Laico Ignaciano
Comunidad de Laicos y Laicas de Osorno – Chile
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