Noviembre 21, 2024

La precariedad duele

 La precariedad duele

(Obispo Fernando Chomali).-

El lamentable desenlace de la srta. Daniela Vargas muestra una vez más la precariedad de muchas personas en Chile.

Una niña que no tenga una familia con las condiciones adecuadas para que la cuide antes y después de una operación quirúrgica demuestra que hemos fracasado como sociedad. En los momentos cruciales de la vida de Daniela Vargas, también falló la comunidad que, a través del Estado, debe garantizar los derechos básicos de toda persona, como es el ser adecuadamente cuidado en momentos de fragilidad. El principio del derecho a una acción terapéutica, que incluye no sólo una acción quirúrgica sino que todo lo relativo al pre y post operatorio, ha sido conculcado.

Ello cuestiona todo el entramado social que claramente demuestra que los niños vulnerables no son prioridad en el contexto cultural en el que vivimos. Chile exhibe con este hecho, una vez más, el creciente proceso de deshumanización que está viviendo. Más allá de las investigaciones que se están haciendo para determinar qué fue lo que pasó en este dramático caso, está claro que siempre los pobres serán los que quedarán fuera del progreso y de los beneficios que ha traído el desarrollo económico del que nos jactamos.

Aquí se nota de modo patente las grandes deficiencias de un modelo que apostó por el desarrollo económico y dejó de lado el desarrollo humano y espiritual de sus habitantes. También se percibe el grave error que se cometió al promover un desarrollo centrado en el individuo y su autonomía como valor supremo y no en el de la familia y la comunidad.

Lo que le aconteció a Daniela Vargas es consecuencia de aquello y que se traduce en desigualdad, inequidad e injusticia. Debiésemos sentirnos muy cuestionados y avergonzados por lo acontecido.

Fernando Chomali Garib, Arzobispo de Concepción, Chile.

Editor