Noviembre 21, 2024

El Pastor que queremos en Osorno

 El Pastor que queremos en Osorno

Mi primer encuentro

Era una mañana fría de otoño, aun siendo un niño caminaba a la parroquia Sagrado Corazón en la ciudad de Osorno, me acompañaban unas nubes típicas en estos tiempos en el sur de Chile y una incipiente lluvia que invita al apuro para cubrirse. Al ingresar a la Iglesia me encontré con un hombre de barba blanca que le colgaba hasta el pecho; me llamó la atención su ropa de color café y un lazo que amarraba a su cintura, al mirar sus zapatos me di cuenta  que su calzado eran unas sandalias…Su voz grave, pausada, llenaba todo el espacio, sus ojos tremendamente expresivos llamaba la atención absoluta de todos los oyentes allí reunidos, sentado ya en la banca me traté de esconder bajo mi viejo vestón, para que sus ojos y su voz no me interpelaran a contestar algo . Nunca me imaginé que con el paso del tiempo ya siendo un adolescente le acompañaría como acolito llevándole su báculo…, fue mi primer encuentro que tuve con mi pastor Francisco Valdés Subercaseaux.

Ya siendo un joven y animador de una comunidad juvenil, fui enviado a la ciudad de Santiago a formarme como animador juvenil al ISPAJ, ahí muy lejos de mi querido Osorno en el mes de enero del año 1982 recibí la noticia…,nuestro pastor Francisco Valdés había dejado de existir en la ciudad de Pucón.

El legado del cual doy testimonio

Francisco Valdés o el Obispo “Pancho “como cariñosamente se le conocía en toda la Diócesis, fue para los osorninos el pastor, el padre y el Obispo, sus largas caminatas por las calles, villas y poblaciones de nuestra ciudad y su estampa de hombre bueno invitaba a los niños a acercársele… El con mucho amor les bendecía y se daba el tiempo de conversar por largos minutos. Muchas familias fueron sorprendidas cuando al abrir la puerta de sus humildes casitas la figura del pastor les visitaba y compartía con ellos un trozo de pan. Su legado espiritual, social y artístico, su pobreza y austeridad, la oración, la penitencia, la paz, la humildad y el amor a los más pobres eran sus grandes pasiones, organizó la Diócesis de Osorno bajo el lema “Señor Tú sabes que te quiero”.

Actualmente, este hombre y hermano ejemplar se encuentra en proceso de canonización y en reconocimiento de la heroicidad de sus virtudes ha sido declarado venerable por el Papa Francisco en Roma.

El pastor que queremos en Osorno

No debe ser perfecto, pero debe tener la humildad para escuchar, la austeridad para vivir a la manera de Jesús, la oración para escuchar lo que Dios quiere, la penitencia para la purificación y el amor para aceptar lo que le solicita por casi dos años el pueblo de Dios peregrino en el sur de Chile.

El pastor que queremos es el que escucha al clamor de su pueblo y vuelve sus oídos y ojos misericordiosos a ellos.

El pastor que queremos debe tener un pasado intachable y sin situaciones escandalosas que esconder.

El pastor que queremos no arranca en medio de la noche y abandona el diálogo antes que este comience.

El pastor que queremos no debe tener miedo de caminar por las calles osorninas y entrar  a la casa de los más necesitados.

El pastor que queremos no espera a su grey  con policías en su casa cuando invita a dialogar.

El pastor que queremos no manda a rodear la Catedral -la casa de todos- con vallas papales.

El pastor que queremos no debe colocar cámaras de seguridad y grabar a sus fieles.

El pastor que queremos entiende a su Iglesia no como una institución sino que como una comunidad de vida y de Fe.

El pastor que queremos apoyará  la reforma a la curia Romana y la constitución apostólica.

El pastor que queremos debe ir delante de sus ovejas, nunca abandonar, imponer o excluir.

Por estos días en que se cumplen 35 años de la Pascua del hermano y venerado Obispo Francisco Valdés, como no recordar esta sabia premisa que define muy bien su carisma y misión:

Yo no nací para ser obispo, siempre he querido ser un sencillo capuchino…”.

Mario Vargas Vidal

Vocero de la Organización/Comunidad laicos y laicas de Osorno.

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