“Papa Francisco es un aporte al mundo…”
El arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, calificó a Jorge Mario Bergoglio como un hombre que la Argentina aún no sabe dimensionar.
La colectividad armenia de Rosario invitó al arzobispo Eduardo Martín al viaje que el Papa Francisco hizo a ese país entre el 24 y el 26 de junio. Allí, el prelado vislumbró la figura del pontífice argentino como un gran mediador entre los pueblos y destacó su capacidad para llegar a la gente de países tan diferentes a Argentina. “En Armenia vi cómo se engrandecía su figura, es gran líder que puede establecer puentes para llevar al encuentro entre los pueblos”, destacó en un ameno diálogo con La Capital en medio de decenas de controversias que se ciernen en torno al pontífice argentino.
“Los argentinos necesitamos levantar la mirada y lograr ver la dimensión universal que tiene el Papa y lo que está haciendo. Esto se ve cuando uno está en otro país y se observa cómo se lo respeta y se lo valora, algo que tal vez aquí no pasa, aunque su imagen no deja de ser positiva”, destacó y señaló que en el país “se discuten pequeñeces”, mientras Jorge Bergoglio teje delicados procesos de reconciliación mundial. “Tal vez el Papa sea el mejor aporte que la Argentina habrá hecho al mundo en siglos”, reflexionó.
Este año Martín no pudo decir que “no” a los armenios. Ya lo habían invitado en otra oportunidad a ir a Roma, y no concurrió. El mes pasado cursaron una nueva invitación y viajó como delegado de la Conferencia Episcopal Argentina acompañando a la comunidad armenia de todo el país.
Para el pueblo armenio el viaje del pontífice fue de suma importancia y se sintieron muy agradecidos y comprendidos ya que el Papa reconoció el genocidio que castigó con dureza a ese pueblo hace 100 años. “El Papa viajó porque está trabajando fuerte por la unidad con los católicos ortodoxos y Armenia es en su mayoría ortodoxa, y porque también quiso animar al pueblo a ser fiel a su fe, ya que ellos tienen el orgullo de ser el primer país que se declaró cristiano en el año 301, aún antes del edicto de Constantino, que declaró la libertad religiosa por primera vez en el 313.
“El Papa mostró una gran comprensión por la gente. Sabe que es un pueblo que ha sufrido mucho, fueron invadidos por los mongoles, padecieron el genocidio y también fueron sometidos por la Unión Soviética. Hoy es una pequeña república de 2 millones y medio de habitantes”, comentó Martín impresionado aún por los gestos de Bergoglio en el viaje.
Martín analizó esos dos días que pasó Bergoglio allí como parte de esta cruzada por la paz que está llevando a cabo el Papa, sobre todo con Turquía. “Hubo un gesto muy significativo que fue cuando el Papa y el líder religioso de los ortodoxos lanzaron unas palomas frente al monte Ararat, justo en la frontera con Turquía”. Contó que Bergoglio viajará en a Azerbaiyán y Georgia, países con los que Armenia también tiene algunos conflictos. Será una misión delicada.
Martín reconoció que vio al Papa cansado y muy concentrado en su misión, a la vez que no tuvo inconvenientes en salirse del protocolo cuando lo vio. “Se salió de la fila donde estaba y me vino a saludar con una cara radiante. ¿Qué hacés vos acá?, me dijo en tono amistoso y me dio un fuerte abrazo”, recuerda. Fueron unos instantes pero valieron para que el arzobispo de Rosario pudiera observar cómo está el Papa.
La delegación argentina volvió radiante luego del viaje y realmente aprecia de modo muy especial el apoyo de Francisco en esta tarea de paz y de reconocimiento de ese pequeño país.
Chicanas y controversias. Consultado sobre la “campaña” que varios sacerdotes denunciaron en contra de Bergoglio por parte de ciertos sectores del país, y las innumerables críticas sobre distintos gestos, el arzobispo de Rosario fue claro: “He notado en ciertos artículos periodísticos que se le achacan temas recurrentes como por ejemplo que recibió a Hebe de Bonafini, que le mandó el rosario a Milagro Sala, o se le endilgan enfrentamientos con el gobierno. Lo que tiene que quedar claro es que el Papa tiene derecho a recibir a quien quiera. Y en el Año de la Misericordia fue por delante con gestos como los que tuvo hacia quienes lo agredieron públicamente”, aclaró.
En este punto, Martín hizo silencio, unió las manos como para enfatizar sus palabras y dijo: “No hay que olvidar que el Papa en primer lugar es el sucesor de Pedro, el vicario de Cristo en la tierra y la cabeza visible de la Iglesia Católica, y nosotros como católicos tenemos la certeza de que escuchar al Papa y seguirlo es seguir a Cristo. Esta es nuestra fe, y éste es el valor fundamental que tiene la persona del Papa, sea quien sea”.
“Antes que nada es el guía espiritual de la Iglesia”, continuó y expresó que no le gusta cuando usan la figura de Bergoglio con fines políticos y lo apellidan con un partido. “Creo que hay grupos en el país que reducen al Papa tratándolo de identificar con algún partido político y así se pierde su verdadera dimensión. En el mundo es una figura reconocida y respetada por su mensaje de paz y aquí estamos discutiendo pequeñeces”, se lamentó.
La visita al país. El Papa aún no se ha expresado claramente respecto de cuándo vendrá al país, y la fecha parece extenderse cada vez más. Martín opinó que “aún no están dadas las circunstancias en el país para que venga” y ensayó una explicación. “Creo que tendría que haber mayor unidad porque él no quiere meter más división. Seguramente quiere que su llegada no sea utilizada para la división y la polémica”, opinó.
No se puede negar que el hecho de que el Papa sea argentino habilita a todo el mundo a opinar sobre lo que hace o dice. “Todo el mundo tiene derecho a opinar”, acotó Martín y agregó que “tal vez haya que dimensionar los gestos y actitudes que ha tenido afrontando con valentía los grandes dramas de la humanidad”.
Transformador. A la vez que lleva un mensaje pacífico, Francisco es un revolucionario. Desde que asumió como pontífice no tuvo inconvenientes en criticar los sistemas económicos que generan miles de pobres, que abren la brecha entre los ricos y los miserables, la indiferencia del mundo ante el hambre, la guerra y las masacres y la necesidad de salir de la avaricia y la corrupción como males sociales.
La encíclica Laudato Si, ha revolucionado también el ambiente científico y ha llegado a gente sin fe que ha descubierto soluciones para el problema del maltrato hacia la “casa común” como refiere el Papa. Y a la vez lanzó un fuerte pedido a la Iglesia a que se abran las puertas y se salga afuera. “Nos anima a invita al gozo del Evangelio, a salir al encuentro de los más alejados y a concebir a la Iglesia como un hospital de campaña. Eso mismo anhelo yo para la Iglesia de Rosario”, manifestó el arzobispo Martín.
María Laura Favarel – La Capital / Buenos Aires
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