La Gran estafa
Periódicamente, los noticieros destapan una estafa financiera que engañó a miles de ciudadanos ingenuos. Algunos vivos ingeniaron un sistema financiero para hacerse de miles de millones en poco tiempo.
Esta noticia sorprende y hay razones por esto. ¿Cómo pueden ocurrir tales operaciones financieras delictuales? ¿Quiénes deberían controlar esto? Muchos acusarán las instituciones de turno por lo ocurrido. Los menos podrán destacar la imprudencia o la ingenuidad o la codicia de las víctimas.
Pero esta estafa es solamente un “pelo de la cola” de la Gran Estafa que constituye nuestro sistema económico y financiero mundial y que, hay que reconocerlo, hemos adoptado sin mucha reserva en Chile
Empecemos por considerar la publicidad comercial que ocupa un gran espacio en los medios de comunicaciones: la prensa, la Tele y el internet. Su discurso engañador para llevarnos a un consumo excesivo nos obliga a comprometer hasta nuestros esfuerzos futuros para asegurar unas pingües ganancias a quienes manejan las riendas del comercio y de la banca.
A ojos cerrados, el sistema bancario otorga créditos que reportan a sus dueños ganancias 10 o 20 veces superiores a los intereses que el mismo sistema paga por los ahorros que se les confía. ¿Quién acusará los bancos de haber prestado dinero a los que fueron víctimas de la estafa tan burda?
Otra gran mentira de la Gran Estafa es la cobranza de impuestos. No hay que creer que el 10 % de los más ricos de la población son los que pagan más impuestos para que funcione el Estado, en realidad son los otros 90 % de la población menos ricos y pobres que imponen la mayor parte de la recaudación. La Ley del chorreo, nadie más la cree.
No hablemos de la transparencia cuando se descubre solamente la punta del iceberg cuando se denuncia por corrupción, colusión, coimas…
Si uno recuerda las crisis financieras,¿ quien pagó por las pérdidas?. Muchos pequeños ahorrantes han perdido sus acciones que los bancos no les respetaron y es el Estado, vale decir toda la población quien pagó para mantener a flote los bancos y… que sigue respaldándolos.
Además,¡ consideren los que se hicieron ricos en el tiempo de las crisis en menos de una generación ! Se acuerdan ustedes del saqueo de las empresas estatales por los más pudientes del país.
Pero lo que más puede dar constancia de la Gran Estafa de la economía actual es la desigualdad creciente respecto a las oportunidades. La brecha entre ricos y pobres está creciendo sin que se vea como repararla.
No hay que buscar las causas de la delincuencia, de los robos, de la quema de camiones en un destape del vicio de la codicia, de una falta de control de la policía. Las razones de esos desordenes provienen de la Gran Estafa de la economía como se está practicando.
Que no se engañen los que critican fácilmente el gobierno de turno de no regular y sancionar las irregularidades. El libre mercado, la libre competencia, el consumo exagerado el derroches de los recursos naturales, la contaminación, todo esto proviene de la Mayor estafa económica que creció entre nosotros. Nuestro progreso esta envenenado.
Quien no reza a menudo el “Padre Nuestro”, no sabe del “No nos deja caer en Tentación “
Se piensa a menudo que se trata de las pequeñas tentaciones de gula, de mentiras, de mirar a la mujer del prójimo… Es mucho más que todo esto, lo deberían proclamar los predicadores: la “Tentación” es la estupidez humana que es capaz de echarse a perder, ella misma.
¡Cuánto nos falta volver a entender el evangelio que nos puede reorientar!:
“Bienaventurados los pobre de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos” Mat. 5, 1
“Pero, ¡ Ay de vosotros los ricos porque habéis recibido vuestro consuelo!” Lc 6,24.
Paul Buchet – Freire / Chile.